FAEMINO Y CANSADO, CON EL TABACO

O «Fumado y Cansado», como les llama en Facebook el Colega de la Vega. Aprovechando la entrada sobre el tabaco que subimos hace unos días, tan comentada, (y que alguien ha llegado a tachar de irrespetuosa en los comentarios) dejamos este sketch de los dos grandes cracks del Humor Surrealista por excelencia, que estos días actúan en Granada.

BAOBAB

2011. Año Internacional de los Bosques.

Declarado por la ONU

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Del Baobab me gusta hasta su nombre. Creo que ya he escrito, en otras ocasiones, sobre este árbol majestuoso que, para mí, simboliza la esencia del África eterna y atemporal. Cuando se le ve por primera vez, de lejos, el Baobab intriga al viajero, con ese aspecto desnudo y desabrido que presenta, como un melenudo recién salido de la cama que aún no tuvo tiempo de peinarse, como un director de orquesta desatado, con el cabello desordenado por la pasión de la música.

 

Y es que, tal y como cuenta la leyenda, lo que vemos del Baobab a diez, quince o veinte metros de altura, son sus raíces. Porque, en su momento, era un árbol tan, tan, tan bonito, sus hojas eran tan frondosas y lujuriosas, que el Baobab se envaneció demasiado, hasta el punto de que los dioses decidieron darle una lección y enterrar la copa del árbol dejando al aire sus raíces, de ahí ese aspecto de árbol invertido.

La diferencia.

Hay quién sostiene que esas ramas extendidas parecen clamar a los dioses. ¿Pidiendo perdón? ¿Exigiendo? ¿Reclamando? Y por eso, en la cosmogonía africana, el Baobab es un árbol sagrado que sirve de conexión entre la vida y la muerte, entre el Cielo y el Inframundo, entre lo terrenal y lo espiritual.

Porque, además, son árboles extremadamente longevos, con ejemplares que han cumplido la impresionante edad de 4.000 años. Sí. Cuatro mil. Por tanto, el baobab será igualmente sinónimo de sabiduría y experiencia. Si alguien le arrancara una flor, moriría devorado por un león. Por contra, quién beba agua en la que se hayan remojado las semillas de un Baobab, estará protegido contra el ataque de fieras devoradoras de hombres, como los cocodrilos.

¡Y nada de dormirse bajo sus ramas! Salvo que quieras correr el riesgo de ser arrebatado de este mundo. Por los dioses, claro…

Dado que su fruto es comestible, al Baobab también se le conoce como el Árbol del Pan y, puesto a secar, las semillas encerradas dentro de su caparazón se convierten en unas maracas naturales que los niños del Malí o Senegal pintan y decoran para vender a los turistas.

Árbol sagrado, árbol mágico… cuando caminas por África, siempre hay que acercarse a los grandes Baobabs de la sabana, acariciarlos, abrazarlos y dejarse inundar por su luz y su energía positiva.

Me gusta el Baobab. Me gusta su descuidado aspecto exterior. Su longevidad. Y que su tronco, abierto, puede llegar a albergar miles de litros de agua de lluvia, sirviendo como depósito y auxilio en los tiempos de sequía. Me gusta cómo se yergue, en mitad de la sabana, sólido, firme, solitario, majestuoso, sirviendo como nido para las aves, atalaya para los felinos y refugio para los monos y otros animales que, entre sus ramas, se encuentran a salvo.

El Baobab. Un árbol que no pasa inadvertido y se ve desde la distancia. Único. Grande. Solitario. Un árbol diferente.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

TRILOGÍAS ANILLADAS

Pensaba despedir el 2010 y saludar el 2011 tirando de una Trilogía tan maravillosa como la de “El Padrino”. Pero la tarde del 31 comenzó a oscurecerse y no era cuestión de dejarse llevar por un torbellino turbio, violento y cargado, en el fondo, de dolor y amargura.

Así que opté por ver una trilogía aventurera, luminosa, repleta de color y de espacios abiertos: “El señor de los anillos”, que reconozco y confieso que no llegué a ver la oscarizada y multipremiada “El retorno del rey”.

Y estaba viendo la cara de angustia de Frodo, cuya tarea con el Anillo le iba desmejorando a cada fotograma, y me acordaba de ZP, que con las reformas económicas emprendidas en nuestro país parece haber acometido un trabajo más exigente que el del propio Hobbit.

De hecho, me asaltó la certeza de que el anillo, en realidad, es España. Y que la misión de Frodo/ZP es llevarla hasta el Mordor de los mercados financieros para arrojarla a ese Infierno custodiado por Sauron y sus huestes, que serían los especuladores y demás gentuza que eleva nuestra prima de riesgo, acosando al euro y a la deuda española.

¡Qué pena, España, el Anillo, viéndose arrojada al corazón de Mordor, para calmar la voracidad de los mercados!

¿Y Rajoy?

Rajoy, claro, es Gollum: ¡Mi Tesoro! ¡Mi Tesoro! Elecciones anticipadas, que quiero mi tesoro…

Total que, así las cosas, quizá hubiera sido mejor ver “El Padrino”. Al menos, con la mafia y los gángsteres las cosas están más claras…

Jesús Trilogista Lens

ESPERANDO ESPERO

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

Esperar

1. tr. Tener esperanza de conseguir lo que se desea:

espera aprobar.

2. Creer que ha de suceder alguna cosa:

se esperan lluvias abundantes.

3. Desear que algo ocurra:

espero que se recupere pronto.

4. Permanecer en un sitio donde se cree que ha de ir alguna persona o ha de ocurrir algo:

te espero a las ocho donde siempre.

5. Parar en una actividad hasta que suceda algo:

esperemos a que él llegue para empezar la reunión.

NO ES MI CULPA

Ni de mis pasos por el mundo. Que «Pateando el mundo» no quiere hacerle ningún daño al Planeta ni tampoco agujerearlo. O algo. La imagen también puede simbolizar eso de ponerse el mundo por montera y mirar con otros ojos, mirarlo todo. Mirarlo de forma diferente.

O lo mismo no significa nada.

Pero a mí me gusta.

Y no dejéis de leer este primer Cuentito del año, que las interpretaciones sobre el final son para todos los gustos, jejejeje.

Feliz 2011.

Sí. Otra vez. ¿Qué pasa? 😀