DIARIO DE UNA NINFÓMANA

Lo curioso es que, al final, “Diario de una ninfómana”, una película normalita y tirando a discreta, ha ocupado los titulares de los periódicos. ¿Será posible que todavía no hayan aprendido?

La exhibición del cartel de una chica en ropa interior cuya mano insinúa un decidido avance hacia sus zonas pudendas, fue prohibida en las marquesinas de Madrid, feudo de Doña Esperanza. La noticia saltó a la prensa, se abrió el debate y los foros de Internet, que habrían permanecido mudos ante el estreno de la película de marras, comenzaron a echar humo.

Así, y aunque en Granada haya sido estrenada en una salita muy pequeña, había un lleno total para ver la historia de esa chica que le confiesa a su abuela, una estupenda Geraldine Chaplin, que es presa de un furor uterino que empezó gustándole y ya no le genera sino problemas y sinsabores.


Basada en un best seller de Valérie Tasso, se supone que estamos ante la escandalosa historia de una niña bien, pijita, hija de buena familia, a la que el sexo y sus ganas de experimentar y disfrutar de todas y cada una de las sensaciones que éste le provoca, la conducen a una espiral descendente que la llevará a conocer la violencia, el miedo y la abyección más profundos.

El morbo surge cuando, por supuesto, queremos saber si la historia es real o se trata de pura ficción. Ahora mismo no sé si el texto original en que se basa la película pasa por ser autobiográfico, pero, desde luego, una vez vista la adaptación de Christian Molina, al espectador no le deberían caber dudas: ¡falsa! ¡Más falsa que la falsa moneda con que pagaron al falso de Judas su traición!


Porque la historia que nos cuentan es tan rocambolesca y forzada que resulta increíble. Que la chica aquejada de furor uterino lo pase mal y sufra algunas humillaciones, en mitad de su vorágine de sexo salvaje, pase. La aparición del Príncipe Azul ya empieza a ser menos creíble y su súbito desdoblamiento de personalidad en forma de un Jekyll y Hyde con acento porteño, ya no engaña a nadie. Y, después, la decisión de Val… bueno. Pues que no.


Y el caso es que la película se deja ver. Por separado, los segmentos están bien construidos, aunque tengan un cierto aroma al deja vú. Nada de lo que pasa en la película te sorprende, te extraña o te escandaliza. A fin de cuentas, lo hemos visto decenas de veces en películas y telefilmes de los pelajes más distintos.

Por todo ello, estimada Esperanza ¿qué sentido tenía montar una escandalera sin sentido acerca del cartel de una película bastante inane que no iba a durar ni diez días en cartelera?

En fin…

Valoración: 6.

Lo mejor: Es una historia desprejuiciada, bien interpretada y que toca temas de interesante actualidad.

Lo peor: Su radical falta de originalidad en todo lo que cuenta.

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PICASA

A ver. El otro día me pegué un buen ratazo con las fotos de Etiopía que tienen en la Margen Derecha, inspirado por «Enfermos de África».

Si pinchan el visor de las fotos, entran en el Picasa y las pueden ver en mayor tamaño, con los comentarios que les puse a todas ellas. Pueden comentarlas a su vez, etcétera.

Lo que no sé es si les convence o no. Por lo que dejé una de esas consultas populares, también en la Margen Derecha.

¿Seguimos trabajando álbumes de fotos o nos dedicamos a las palabras, que es lo mío?

Tienen la palabra.

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BENNETT

Hoy somos un poquito más viejos que ayer. Hace un par de semanas, en el partido entre el CB Granada y el Cajasol, comentaba con mi hermano que ver a Elmer Bennett, a sus treinta y ocho años, defendiendo, anotando y penetrando a canasta, era un placer sin igual.


Porque Bennett es de mi quinta. Del año setenta. Y verle jugando profesionalmente al baloncesto, la verdad, me hacía sentirme joven. Cada lanzamiento a canasta, cada escorzo en el aire, cada balón robado por Bennett era un desafío a las leyes de la naturaleza según las cuáles, rondando los cuarenta, ya estamos de capa caída y para el arrastre. Bennett era la prueba viviente y activa de que la experiencia es un grado y que la falta de chispa y agilidad se puede suplir con la inteligencia y la experiencia.


Por eso, cuando anoche saltó la noticia de que Bennett deja el Cajasol y abandona la práctica activa del baloncesto, retirándose de forma definitiva por razones personales, me ha dado un bajón.


Su retirada hace que, hoy, inevitablemente, nos sintamos más huérfanos, un poquito más mayores y más cansados.

Grande, Bennett.

Jesús Lens.

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PROMOTORES CONTRA LA CRISIS

La crisis hace extraños compañeros de huelga y reivindicación. Atención a los constructores y promotores, cortando el tráfico en reclamo de ayudas gubernamentales para salir adelante en estos tiempos tan complicados…


¿Piensan que es una de esas imágenes imposibles, ésta que me hace llegar mi hermano? Pues no terminen de creérselo…

Jesús Lens.

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LA PALIZA

Hace unos días hablábamos de la convocatoria literaria hecha por la Asociación Cultural NOVELPOL: un microrrelato negro y criminal de, exactamente, 200 palabras.

Aquí está el mío, titulado “La paliza”.

Además, aprovecho para comentarles que nuestro amigo Carlos Salem, a través de su estrenado programa de radio, va a leer cada semana uno de estos cuentos en antena. Y que la intención de NOVELPOL es llegar a 200 relatos de 200 palabras. Ya va habiendo un buen puñado de ellos…

Así que… anímense a escribir y manden sus cuentos. Que 200 palabras, bien administradas, pueden dar para mucho.

A ver. ¿Qué les ha parecido “La paliza”?

Jesús Lens.

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