Etiqueta: límites
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Poner límites a los hijos es respetarlos
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Buenas, soy Emilio Calatayud. A los hijos hay que ponerles límites con sentido común y equilibrio. Eso hace que sean personas con sentido común y equilibradas, que es de lo que se trata. Poner límites a los hijos es respetarlos. Lo digo porque hay quien cree que es castigarlos.
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Poner límites a los hijos es una demostración de amor
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Buenas, soy Emilio Calatayud. Hay padres que no ponen límites a sus hijos porque creen que eso es de malos padres. Como los hijos se enfadan y tal, pues creen que les están haciendo daño. Incorrecto. Poner límites a los hijos es una demostración de amor. Ni más, pero tampoco menos
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Lo que enseña el caso Alves: Si no ponéis límites a los hijos se los pondrán la vida y la ley
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Buenas, soy Emilio Calatayud. Aunque esté en la cárcel, el futbolista Alves conserva intacto su derecho a la presunción de inocencia. Dicho lo cual, lo que enseña este caso que si no ponéis límites a los hijos se los pondrán la vida y la ley. Y la vida y la ley pueden ser muy…
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Poner límites con cariño: «Hijo, no tienes edad para tener móvil y si no te comes las lentejas, pues para cenar»»
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Buenas, soy Emilio Calatayud. No soy psicólogo ni pedagogo ni pretendo meterme en el territorio de los psicólogos ni los pedagogos. Hablo como padre, ciudadano y juez de Menores, que son ‘oficios’ que te proporcionan una cierta experiencia para poder opinar. Pero vamos, que lo que opino es discutible y mis sentencias se pueden…
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Esto no es educar: «¡Come de una puta vez o ni móvil ni hostias!»
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Buenas, soy Emilio Calatayud. Una amiga del blog escuchó por la ventana que un vecino le decía lo siguiente a su hijo de unos seis años: «¡Come de una puta vez o ni móvil ni hostias!». Bien, pues esto no es educar ni poner límites. No hace falta explicar mucho más sobre el contenido y…
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Un niño sin límites se la acabará pegando y una sociedad sin límites, también
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Buenas, soy Emilio Calatayud. Siguen los botellones por toda España. Cuando ocurrió el de 20.000 universitarios en Madrid, lo critiqué aquí en el blog, y también he criticado los de Barcelona. Y lo mantengo. Son una auténtica vergüenza. Un niño sin límites es un niño perdido. Si nunca nadie le dice ‘por ahí no’…

