Buenas, soy Emilio Calatayud. Llueve en Graná, hay nieve en la Sierra, hace algo de frío y he encendido la estufa. Lo normal sería gritar: ¡viva la rutina, pero es que la rutina ya no es lo que era! Hace tres días, Graná registró 28,9 grados, la temperatura más alta de un mes de noviembre en esta tierra. Y estas oscilaciones no tienen nada de rutinario. A nuestros hijos y nietos les vamos a dejar un mundo muy averiado.








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