Buenas, soy Emilio Calatayud. Desde aquí queremos expresar nuestro dolor a la familia y amigos por la muerte de una niña sevillana que la justicia investiga como un caso de acoso escolar. El acoso escolar no es un juego ni una broma. Es un delito. La víctimas experimentan un sufrimiento enorme. Se sienten culpables de lo que les ocurre y su autoestima está por los suelos. Sienten vergüenza y miedo. Deberían ser los acosadores los que se sintieran avergonzados y culpables, pero no ocurre. No sienten nada. Es el mundo al revés. Quien denuncia el acoso escolar, chavales, no es un chivato, es una buena persona. Es la forma de poner el mundo del derecho, en el amplio sentido de la expresión.







Deja un comentario