Buenas, soy Emilio Calatayud. Un niño chico comienza a berrear en un bar de carretera. Quiere una bola que sale de una máquina y que por lo visto lleva dentro un juguete. Los berridos van en aumento y sus padres discuten. No saben qué hacer. Así que optan por rendirse y le compran la bola al chiquillo. «Si es por no oírle», dice el padre. Han sido derrotados por la criatura. Comprarle a un hijo algo para que se calle y no dé la lata es maleducarlo y además nunca se callará. En la siguiente parada querrá otra bola.








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