Buenas, soy Emilio Calatayud. La historia me la cuenta un amigo que tiene a su hija estudiando en el extranjero. La niña le llama por teléfono y él tarda un minuto en coger el móvil, pero ella ya ha colgado. Eso sí, ha dejado un mensaje inquietante: «Papi, llámame, estoy teniendo un día que no me gusta nada». Papi, asustado, llama de inmediato a la niña, pero ella no responde. Tarda cinco horas en hacerlo y dice: «Ah, no era nada». A Papi, que ya se ha tomado dos tilas, se lo llevan los demonios. Los niños ven demasiadas series y nunca cogen el teléfono. Pero dan muchas satisfacciones. Eso dicen.








Deja un comentario