Buenas, soy Emilio Calatayud. Nunca he sido muy militarista (por no decir nada). A mí el servicio militar (que era algo que existía antes y teníamos que hacer todos los hombres: lo aclaro para la generación ESO) me fastidió un trabajo de vendedor de papel que me gustaba y no se me daba mal. Vamos, que me partió la vida por la mitad. Así que, ya digo, soy poco defensor de la ‘mili’… Pero últimamente estoy empezando a pensar que no estaría de más que todos los jóvenes españoles de ahora tuvieran que hacer tres meses de instrucción militar obligatoria, lo que nosotros llamábamos ‘el campamento’. Creo que sería bueno para ellos y también para ellas: la autoridad y la disciplina son asignaturas pendientes. Eso de que alguien te diga: «¡Un, dos, un, dos… cuerpo a tierra, arriba!!» y tengas que hacerlo sí o sí, puede ser muy útil. Además, no vale preguntar. No sirve de nada. Si le dices al sargento: «¿Por qué tengo que hacer eso del cuerpo a tierra?», él responderá: «Porque lo digo yo».







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