Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo primero que tengo que decir en este día de resacón es que yo también he estado en el botellón. Y no una vez, sino cinco. Pero fue por razones de trabajo: he estado en los botellones cuando había alguno en Granada y me tocaba ejercer como juez de guardia. Y lo denuncié. También he estado como juez de Menores. Así que cuando lo critico, sé de lo que hablo. Y me parece a mí que hay gente que lo defiende y nunca ha estado, pero, bueno… Con respeto y con cariño, algunos de vosotros habéis dicho que ir de botellón no os ha impedido ser personas normales que estudiaron y ahora tienen un trabajo y una familia, y yo os pregunto: ¿Y si vuestro hijo de trece o catorce años va ahora al botellón y te avisan de que está en coma etílico? Porque eso pasa.
Y otra pregunta para los políticos que lo favorecen: si el botellón es bueno para el turismo, ¿por qué no hacemos un botellódromo más grande en Granada para que quepa más gente y vengan más turistas?







Deja un comentario