La noticia es todo un aviso a navegantes. Antes incluso de ir a juicio, los padres de los niños que cometan un delito de daños pueden tener que rascarse el bolsillo. En Granada ha ocurrido por primera vez. Paralelamente al proceso penal, el Ayuntamiento ha actuado administrativamente. La información es de mi compañero Quico Chirino.
«Los dos chicos pensaron que era una travesura cualquiera. Hicieron rabona en el instituto y se fueron al aljibe del Zenete, en el Albaicín. Una vez allí, uno de ellos sacó un bote de spray y dejó su nombre a tamaño gigante en el muro del monumento del siglo XVI. Sucedió el 26 de mayo. La Policía Local les sorprendió y aunque se dieron a la fuga dejaron atrás elementos de sobra -la mochila de uno- como para que los identificaran.
El Ayuntamiento de Granada abrió expediente y, por primera vez, ha sancionado al padre de uno de los menores por una infracción de la ordenanza de la Convivencia. Tendrá que pagar 3.005 euros».
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