«La Guardia Civil ha detenido en un pueblo de la provincia de Córdoba a un menor de 15 años acusado de matar «con gran violencia» a 250 pollos de una granja avícola y robar varios productos de limpieza de un establecimiento comercial. Además, había pintado a las aves y el mobiliario de la nave con un aerosol de similares características y color al que se había sustraído del almacén».
¿Qué hacemos con este chaval? ¿Qué condena ejemplar merecería? Desde luego, lo que parece obligado a tenor de los hechos, es que el chico se someta a un examen psicológico.







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