La Fiscalía de Menores de Granada, que coordina nuestro buen amigo -de don Emilio y mío- Rogelio Muñoz, ha hecho balance del año pasado y le ha salido que siguen aumentando, un 10% en 2009, los casos de hijos que agreden a sus padres (aunque sería más exacto decir ‘hijas’, porque ellas lo hacen más que ellos). En realidad, yo no creo que haya más casos, sino que se denuncia más. Hay que tener en cuenta que denunciar a tu propio hijo, y muchos de los amigos de este blog lo saben, no es un juego de niños. El desgarro es total. Así que no debemos tomarnos el dato como algo necesariamente negativo. Lo importante es que esta terrible epidemia oculta salga a la luz. Cuando todo ha fallado, la única salida es denunciar. Es una decisión extremadamente dolorosa, pero, a veces, no queda otra. Don Emilio lo repite cada vez que tiene ocasión. La buena noticia es el ‘tratamiento’ funciona -los chavales agresores son apartados de sus familias y pasan a residir en pisos en los que conviven con otros chicos como ellos-. Lo malo es que hacen falta más pisos, porque los que ya existen están abarrotados…
El texto de la noticia a la que me he referido, elaborado por Europa Press y publicado en ideal.es, es el siguiente: »
«Los casos de violencia de menores de 14 a 18 años hacia sus padres han aumentado en 2009 un 10 por ciento con respecto al año anterior, situándose los expedientes incoados en más de 130. También la violencia ejercida, tanto la física como la psicológica -en la que se incluyen insultos, amenazas o gritos- es más grave que en los últimos años y generalmente la víctima es la madre.
Así lo señaló en una entrevista concedida a Europa Press el fiscal coordinador de la Sección de Menores en Granada, Rogelio Muñoz, quien indicó además que este tipo de maltrato en el ámbito familiar va siendo ejercido cada vez más a menudo por las niñas, cuando habitualmente era el hijo el agresor.
El hecho de que la gravedad de la violencia haya aumentado ha conllevado además una solicitud por parte de la Fiscalía de Menores de medidas más severas contra estos menores. ‘La medida tipo que se venía utilizando era la de libertad vigilada y ahora cada vez más se aplica la convivencia en centro educativo, como una forma de alejamiento del menor del núcleo familiar donde ejercen la violencia familiar’, explicó Muñoz.
Este tipo de maltrato tiene un origen ‘pluricausal’, que parte de ‘la falta de autoridad’ o de valores como el esfuerzo en el seno de la familia o del ‘mero capricho’ de los adolescentes, cada vez más consentidos. De hecho, la violencia de hijos a padres no es única de una capa social, sino que se da en ‘todos los estratos’, observándose un ‘repunte’ en la ‘familia media estructurada’.
En el 90 por ciento de los casos, informó el fiscal, son los padres los que denuncian, si bien el Ministerio Público también cuenta en Granada con la colaboración para ser informado de la asociación Imeris, que trata con menores en la provincia.
La reincidencia es ‘mínima’, con lo que las medidas propuestas se consideran las adecuadas. No obstante, si el menor vuelve a agredir física o psicológicamente a los padres, la Fiscalía puede llegar incluso a solicitar el internamiento en centro semiabierto».
Bueno, en esta noticia hay un buen montón de respuestas.
Deja un comentario