Primero fue el sonido. El día amaneció lluvioso y gélido. No es casual, teniendo en cuenta que, en pleno trópico, estamos disfrutando de una maravillosa y encantadora ola de frío polar. Llovía. Mucho. Seguía lloviendo, como lo vino haciendo desde las 11 de la noche. Nada nuevo, por otra parte. Ya en los Esteros de…