¡NOWHERE!

¡Aviso urgente!

 

Amantes de los idiomas, filólogos, traductores y amigos todos.

 

Tengo una duda.

 

La palabra Nowhere, tras unas notas que leí no sé donde, me trae loco.

 

Como saben ustedes, una de las cosas que más me apasiona del inglés es lo mucho que dice con palabras, conceptos y contracciones tan cortas como sonoras. Del «Yes, we can» de Obama al «The Mac is Back» de McCain.

 

O, por ejemplo, la letanía que me persiguió cuando entrenaba para la Maratón, el «No pain-no gain» que Javi me metió entre ceja y ceja.

 

¿Qué tiene que ver todo ello con en Nowhere?

 

Pues que siempre pensé que era una palabra cuya traducción, ningún sitio, venía dada por la unión de dos sencillas palabras. La primera, la negación por excelencia. El No. La segunda, el Where. El Dónde locativo inglés.

 

Pero, ¿y si en vez de ser así, el Nowhere viniera de la contracción de dos palabras totalmente distintas? ¿Y si el Nowhere se conformase por Now, cuya traducción es Ahora, y Here, que significa Aquí?

 

¿Es posible?

 

Porque fíjense en la cantidad de posibilidades que ello nos abriría. La primera y más evidente es, por supuesto, que el aquí y el ahora no existen. Nowhere… ¡No Way!

 

¿Qué significa ello?

 

Pues que si el presente no existe y el pasado ya está detrás, obsoleto y sepultado… sólo podemos creer en el futuro. En ir más allá. En avanzar. En marchar hacia otro sitio. En el viaje, por tanto. En ir.

 

Por todo ello, para ser y para estar… hay que moverse.

 

Y moverse, por supuesto, hacia delante. Porque hacia atrás… ni para coger impulso.

 

El Nowhere, por tanto, sería una invitación al viaje, a la búsqueda, a la curiosidad, al descubrimiento. A trascender la realidad aparente e inmediata y procurar ir más allá. Adelante. Siempre adelante. En movimiento. Siempre. Movimiento perpetuo.

 

¿Lo ven ustedes factible? ¿Es posible? ¿Qué les parece? ¿Existen el aquí y el ahora o nuestra vida está hecha, siempre, de los momentos por venir?

 

Jesús Lens, dudoso perplejo.