CELDA 211

Sí. Hay muchos estrenos por venir, los próximos meses. A buen seguro, de aquí a nada estaremos flipando con «El gran Torino» de Clint Eastwood, su megahit tras «El intercambio», con «Shutter island» de Martin Scorsese o con «Watchmen».

 

Pero hay una peli, un proyecto que terminó llegando a buen puerto, que me pone y me excita cantidad: «Celda 211». Y son muchas las razones para ello. Pero la primera y principal está pinchando en la imagen. (Con sonido, please) Las demás, se las cuento otro día, que hoy voy ajustado de tiempo. 🙁

 

CUAVERSOS DE BITÁCORA: KHALIL GIBRAN

Queridos Habibis, los Cuaversos de hoy vienen, de nuevo, en prosa. Y su autor es, por supuesto, este Khalil Gibran libanés que me tiene robados los miércoles.

 

De su obra «El Profeta», dejo hoy esta parte dedicada a La Amistad, en adaptación al español de Nersa Roa de Álvarez.

 

¿Qué les parece si consideramos al 2009 como Año Bloguero de la Amistad Internacional?

 

Nuestro amigo es la respuesta a nuestras necesidades.

 

Él es el campo donde se siembra con amor y se cosecha con agradecimiento.

 

Él es nuestra mesa y el fuego de nuestro hogar. Nos acercamos a él con nuestra hambre, y le buscamos sedientos de paz.

 

Cuando nuestro amigo manifieste su pensamiento, no temamos al «no», ni retengamos el «sí».Y cuando él permanezca en silencio, nuestro corazón no debe dejar de oír su corazón.

 

Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría.

 

Cuando nos alejemos de un amigo, no debemos sentir dolor, porque lo que más amamos en él quizá esta más claro en su ausencia, igual que la montaña es más clara desde el llano para el que quiere subirla.

 

Y no se debe permitir que haya en la amistad otro interés que el ahondamiento del espíritu.

 

Porque el amor que no busca más que la revelación de su propio misterio no es amor, sino una red tendida que sólo recoge lo inútil. Dejen que lo mejor de nosotros sea para nuestro amigo.

 

Si ha de conocer el flujo de nuestra marea, el menguante, que también conozca su reflujo y su creciente. Porque, ¿qué amigo sería aquel que se tuviera que buscar para matar las horas?

 

Buscamos a nuestros amigos para vivir las horas. Porque los amigos existen para colmar nuestra necesidad, no nuestro vacío.

 

En la dulzura de la amistad debe flotar la risa y los placeres compartidos. Porque en el rocío de las cosas pequeñas, el corazón encuentra su alborada, su mañana y se refresca.