LA POST DE LA MEDIA MARATÓN DE BAZA

Ya estamos en casa, duchados y comidos. En la Previa a esta carrera hablábamos de unos objetivos para la misma. ¿Los hemos cumplido?

El primero, que era llegar a Baza, lo cumplí gracias a mi hermano deportivo-virtual, José Antonio Flores, en cuyo Diario de un Corredor contará la jornada de hoy con la brillantez con que siempre lo hace. Llegamos con tiempo para aparcar y preparar los arreos, en una mañana fresca en que no había, ni de lejos, el ambiente de otras ocasiones, que Baza, me temo, está demasiado lejos de Granada y demasiado cerca de la glamurosa Media Maratón de Málaga.


Para conseguir el segundo de los objetivos, que era terminar la carrera, me encomendé al buen hacer de la conocida como Marea Azul o Tsunami de Armilla, los integrantes del Club de Atletismo de dicha ciudad que, en masa, coparon el asfalto bastetano con su bonhomía, solidaridad, buen ambiente y mejor rollo. Tirando de Roberto, que es un tipazo, se hizo toda la carrera Juan, uno de esos extraordinarios compañeros que hacen club y hacen equipo. Cuando terminan sus entrenamientos, posiblemente, el Tsunami Azul se reúne en el Kiosco de Tomás que anuncian en sus camisetas, un lugar que, sin duda, habrá que visitar.

Para el tercero de mis objetivos, que era bajar de la hora y cuarenta y cinco minutos, aproveché la estela de los Amarillos de Atarfe, siempre unos metros más adelante, y en cuya captura invertí los kilómetros más duros de la carrera, los que van del 15 al 19, cuando el cansancio es supino, pero tampoco puedes echar el resto porque aún quedan algunos kilómetros bien duros.

Y siguiendo la Estela Amarilla y la de algunos otros corredores, conseguí llegar en algo menos de 1.43, lo que, para un trotón con sobrepeso, no está mal.

Y, de piques, nada. Había muy buen ambiente en la carrera, que a ratos se hizo dura por el viento. Bastante teníamos con llegar a meta como para meternos en batallitas personales.

Y, después, cumplidos los objetivos y tras disfrutar de la Cruzcampo helada de la línea de meta y de la charla con auténticos cracks de las carreras, nos volvimos para Granada, Jose Antonio y yo, charlando de lo divino y lo humano, disfrutando de un gran día de atletismo y de la compañía de un amigazo.

Ahora, libros, periódicos y sofá, mucho sofá. Que me he puesto los calcetines rojos y… bueno, ésa es otra historia. Una buena carrera que me ha dejado excelentes sensaciones y que – a la vejez viruelas- me ha permitido realizar la mejor media maratón de mi vida. Que así suena mucho más impactante 😉

Jesús Lens, el Satisfecho.