ARRANCA LA COPA DEL REY DE BALONCESTO

Se trata, posiblemente, del torneo de baloncesto europeo con más solera. Los mejores ocho equìpos de la primera vuelta de la ACB se ven las caras, este año, en Vitoria. Un torneo en que no hay posibilidad de error ni margen de maniobra. El KO por excelencia.

Pusimos una Encuesta en este Blog. La mayoría de la gente da por favorito al Real Madrid. Uno, que es madridista (aunque disfrutó como marrano en charco con la victoria de Estudiantes en Granada) siente que no. Que es imposible. Que Real Madrid de los lesionados Papadopoulus y Hamilton puede ganar un partido. O dos. Pero que es imposible que gane tres partidos seguidos, con la intensidad con que se juega la Copa.

Tampoco creemos en Iurbentia, Unicaja o Pamesa. Por lo mismo. Pueden ganar un partido. Pero tres… Akasvayu juega con la inmensa baza de Gasol. De Marc. Que puede ser una pesadilla para el Madrid. Pero tampoco creemos en ellos.

En el Barça errático y feo de Ivanovic pueden entrar los triples de Lacovic, pero no sólo con triples se gana un título como la Copa. Una Copa que se juega en Vitoria, la tierra del TAU. Y es difícil ser profeta en tu tierra y sobreponerse al peso de la responsabilidad que supone jugar en casa.

Así que uno, como los Álvaros, cree que va a ganar la Penya. Que es puro espectáculo con a conexión Rudy-Rubio. Un Run-Run del que el próximo año ya no podremos disfrutar en la ACB.

Por todo ello y a falta del merengue, nos quedamos con los blanquinegros.

Fdo.- Patón baloncestístico.

DE VUELTA EN TWIN PEAKS

Hemos vuelto a “Twin Peaks”. Deben de haber pasado unos quince años desde nuestra primera visita y, al menos, doce o trece desde que fuimos allá por segunda vez. Y, curiosamente, nada ha cambiado en ese maravilloso y atormentado pueblo de la frontera entre los EE.UU y Canadá.


A la primea persona que encontramos en esta tercera visita a Twin Peaks fue a la Señora del Leño, esa entrañable mujer que, metida en canas y en años, acuna permanentemente a un trozo de madera que, en realidad, sabe mucho más de lo que su arbórea presencia parece delatar. Lady Leño hace una somera introducción de las cosas que van a pasar en el pueblo, a su estilo, entre lo enigmático, lo místico y lo que dicta el sentido común (Véase el vídeo, pinchando un poco a Lady Leño).

En Twin Peaks fue donde, todos lo sabéis, asesinaron a Laura Palmer. ¿Os acordáis? El caso hizo derramar litros de tinta en la prensa de todo el mundo. Las portadas de los periódicos más importantes abrían con aquella pregunta que, por desgracia, hizo famoso al simpático pueblo maderero: ¿Quién mató a Laura Palmer?


Es curioso. A la vuelta de tanto tiempo, la pregunta sigue viva en Twin Peaks. Nadie ha podido olvidar a Laura y, en cuanto llegas a la localidad, es como si todo volviera a ocurrir. Un cierta sensación de deja vú que, paradójicamente, no se hace en absoluto reiterativa.


Porque, al ser más mayores, caemos en detalles que se nos pasaron en las ocasiones anteriores. Y miramos las cosas y a las personas con otros ojos. Por ejemplo, recuerdo que, antes, lo que más me interesó de aquella historia fue, precisamente, encontrara una respuesta satisfactoria a la pregunta dichosa: ¿quién mató a Laura Palmer?

Ahora no. Porque, en realidad, el quién-lo-hizo era secundario en la historia. Y por eso, si antaño me dio un enorme bajón la resolución de dicho enigma, esta vez, descubrir tal extremo no ha hecho sino espolear la curiosidad y el interés por el resto de subtramas y de personajes que habitan el pueblo, y que tenía grande e injustamente olvidados, dicho sea de paso. Y es que David Lynch, el fundador de Twin Peaks, aunque rarito, es todo un genio.


Será la herencia de haber visto tanto “24”, “Perdidos”, “Prison break” o “Mujeres desesperadas”. Que nos dejamos atrapar por las tramas complejas y complicadas, con toques entre lo humorístico y lo surrealista, protagonizadas por personajes raros, peculiares y singulares.


De Twin Peaks, como del cerdo, nos gusta todo. Hasta los chulescos andares del capullo de Bobby Briggs. Nos gusta el agente Cooper y nos encanta la pérfida candidez de Audrey. Donna sigue siendo un poco idiota y James, cargante. Pero es que la gente no cambia y la vida necesita de esos diferentes caracteres. Que en la variedad está el gusto. Le coges cariño a la pobre Nadine y te solidarizas con Norma. ¡Si hasta la modosita mosquita muerta Jocelyn, que es una arpía, se deja querer! O al mamón de Benjamin Horne, convertido en chiflado general Lee.


Pero, en esta (pen)última visita al pueblo, el nombre por excelencia es el de Windom Earle, uno de esos villanos malos, malísimos, al que Cooper compara con un diamante: duro, frío y brillante. Uno de esos archienemigos que pondrán a pruebo el talento de nuestro agente favorito del FBI, con permiso de Mulder. Por cierto, impagable el personaje de Denis-Denise, interpretado por el mismísimo David Duchovny. Y no olvidemos al agente Albert, un auténtico grano en el culo que, cuando revienta, produce un intenso bienestar. Porque… ¡las lechuzas no son lo que parecen!

Twin Peaks está lleno de personajes maravillosos, de los que no se olvidan, a los que coges cariño y cuyo recuerdo te acompaña toda la vida.


Así, noche tras noche, Sacai y yo nos citamos en la Doble R y nos sentamos en la mesa de todos estos seres parasimpáticos, dejando que nos cuenten sus historias. Ahora, el protagonismo es para Windom Earl. ¡Qué nervios! Y, además, nos han dicho que como fin de fiesta, antes de que nos vayamos, en esta ocasión nos vamos a encontrar nutridos y golosos extras que nos permitirán profundizar, un poco más, en el fascinante universo de Twin Peaks, un destino vacacional que viene envuelto en una seductora Caja Dorada, pero que nada tiene que ver con Marina D’Or, afortunadamente.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PD.- ¿Y que me dicen de esa musiquilla de Angelo Badalamenti que, en cuanto pones los pies en el pueblo, ya no deja de sonar en cada rincón, en cada calle, en cada casa, en cada habitación del Gran Hotel del Norte…