UN CUENTO CHINO, 2

ORIENTE

Lejos de aquel valle, en la penumbra de una casa sin día, vivía un equilibrista al que una sombra negra había borrado la risa. Cierta mañana, cuando el Sol encendía el palacio de la colina roja, una mujer se presentó ante él y le dijo: “Oriente”. Después señaló un lugar en el aire y fijó con puntualidad exacta la hora de una cita.

UN CUENTO CHINO,1

110-1

En el valle del Lijiang, la noche más corta del 4702, año del Mono de la Madera, nació una niña a la que llamaron Coral. Según el calendario chino los años regidos por el Mono de la Madera –madera sobre hierro– son turbulentos y provechosos, como la naturaleza misma del animal que los gobierna y la disonante relación entre el elemento madera y el elemento metal que la destruye. Cuentan en Oriente que los nacidos bajo éste signo son intuitivos, inteligentes, extrovertidos y memoriosos; que saben perdonar, pero  no olvidan.

UN CUENTO CHINO

El 16 de marzo próximo inauguro en la Biblioteca de Andalucía, en Granada, una exposición en la que relato con imágenes y con palabras la experiencia de la adopción de mi hija. La muestra se titula “Un cuento chino”, y se compone de 13 cuadros acompañados por un relato compuesto también por 13 fragmentos, en los que he querido contar el viaje de ida y vuelta hacia la paternidad. Un viaje revelador a mi propio pasado y al renovado presente de mi familia. En sucesivas entradas iré descubriendo las imágenes y los textos hasta completar el relato total. Por supuesto decir que, como siempre, primero fue la pintura quien contó la historia, y después, de forma casi simultanea, fueron apareciendo en este blog unos textos que describían la misma historia que los cuadros, y que se abrazaron a ellos para contar a dos voces el mismo cuento. Por vez primera en muchos años las obras expuestas representan justo lo que necesitaba pintar, lo que quería revelarme a mi mismo, y lo que quería contarle al mundo.
La imagen que aquí aparece es la de la portada del catálogo.UN-CUENTO-CHINO