Y, sin embargo…

… me gusta.

Me gusta tener las piernas acalambradas y masacradas por las agujetas. Me gusta llevar dos días lo que se dice hecho pedazos. Literalmente.

Contábamos aquí lo de la Media Maratón del Melocotón. Hoy, todavía no puedo andar ni medio bien. Y de correr… ni pensarlo. Pero estoy contento. Una carrera como esta te hace sentir vivo. Y te demuestra que, en realidad, 21 kilómetros no son nada. Aunque pueden serlo todo.

Jesús OK Lens