Vivir de (des)ilusión

De los placeres sencillos de la vida, pocos como el de leer sin prisas la prensa del domingo, siempre en papel, disfrutando de uno, dos o tres cafés. De un tiempo a esta parte se ha convertido en imprescindible la lectura sosegada de las entrevistas de fondo que publica IDEAL a personas con larga trayectoria y mucho que decir sobre Granada.

La de ayer a José Morenodávila, sin ir más lejos. El titular ya es suficientemente elocuente: “Lo único que sabemos hacer son listas de temas pendientes, pero falta un proyecto que involucre e ilusione”. Se puede decir más alto, pero no más claro. (Leer AQUÍ)

Foto: Ramón L. Pérez

Granada es una palabra que genera mucha más ilusión fuera que dentro. Lo tengo comprobado cada vez que organizamos un festival. ¡Todo el mundo quiere venir a nuestra ciudad! Y venir a Granada quiere decir, en el 99% de los casos, volver.

Lo de quedarse es harina de otro costal. Me pasó una vez, cuando un buen amigo escritor invitado a Granada Noir me habló de la posibilidad de trasladarse a nuestra ciudad para vivir y trabajar aquí. Estaba enamorado del bullicio cultural que percibió aquellos días. “Si tú supieras…”, recuerdo que pensé. Conseguí morderme la lengua a tiempo, mascullé algo parecido a ‘no es oro todo lo que reluce’ —ya ven que no estaba especialmente ingenioso— y cambié de tema lo más rápido posible.

Yo perdí la esperanza de contar con un proyecto ilusionante para Granada cuando Santiago Carbó dejó la presidencia del Consejo Social, criticando las disputas partidistas que impedían cualquier avance significativo en el diseño de un modelo de ciudad del futuro.

Desde entonces, febrero de 2019, la cosa ha ido a peor. No hay más que ver la incapacidad municipal en la gestión de todo lo referente a fondos europeos. Fueron los 9,4 millones del fondo del Plan de Empleo que hubo que devolver, la permanente controversia con los Edusi o el enigma de los proyectos invisibles para el Fondo de Recuperación Europeo Next Generation.

Dice Morenodávila que no ve ilusión en Granada ahora mismo. Yo tampoco. No es derrotismo. Es realismo bien informado que va más allá de la crisis pandémica. Las grandes crisis pueden ser generadoras de cambios radicales que obliguen a alterar el paso mortecino de una sociedad. ¿Piensan ustedes que ocurrirá en Granada o también han perdido la ilusión?

Jesús Lens