Unas semanas de amor noir

Hace unas semanas escribimos sobre ‘En un lugar solitario’, una novela portentosa de Dorothy B. Hughes, reeditada en español por Gatopardo. Terminábamos recomendando su versión cinematográfica, que filmó Nicholas Ray en 1950, tres años después de la publicación de la novela. (Leer AQUÍ esa entrega de El Rincón Oscuro)

Recordemos que el protagonista de la historia es Dix, un depredador de mujeres al que conocemos al acecho de potenciales víctimas desde la primera página de una novela terriblemente perturbadora. Su antagonista es Blurb, un sólido y sesudo policía, amigo de Dix.

Teniendo en cuenta que el actor principal de la película es Humphrey Bogart, ¿a quién piensan ustedes que interpretará, al policía o al serial killer?

Dejamos un par de párrafos antes de contestar a la pregunta para que, llegados a este punto, hagan un alto en el camino para ver la película, si no la vieron aún. Está en Filmin, plataforma aliada de los amantes del cine clásico.

Los guionistas de la película fueron Edmund North y Andrew Solt y los papeles principales recayeron en Bogart, como decíamos antes, y en Gloria Grahame. Lauren Bacall peleó con uñas y dientes por su papel, terminando muy irritada por la negativa del estudio a dárselo.

Ya sí. Ya podemos confirmar que, efectivamente, Bogart daba vida a Dix en la versión cinematográfica de ‘En un lugar solitario’. ¿Pueden ustedes imaginar al Bogart de 1950, toda una estrella de Hollywood, interpretando a un asesino en serie, a un depredador de mujeres? Yo tampoco. Ni la Warner, productora de la película.

Y es que el Dix interpretado por Bogart no es ningún serial killer, faltaría más. Es un escritor en horas bajas con un temperamento de mil demonios y propensión a la violencia. Teniendo que adaptar para la pantalla una novela popular de escasa calidad literaria, le pide a la chica del guardarropa de un club que le acompañe a su casa y le cuente de qué va, dado que ella la ha leído y él no tiene ni tiempo ni ganas de hacerlo.

Quiere la fatalidad que la chica aparezca muerta a la mañana siguiente y que Dix fuera la última persona en verla con vida. Excepto el asesino. Salvo que fueran la misma persona…

Dix tiene una vecina, Laurel, que se interesa por él. Le considera una persona interesante. Y comienzan algo parecido a una relación. Al principio, de amistad. Después, lo que va surgiendo. Pero la sombra de la duda sobre si él es inocente o culpable ocupa un lugar entre ambos.

¿Qué pensaría Dorothy B. Hughes al ver la película inspirada en su novela? ¿Qué opinaría al ver la transformación de su protagonista? Porque el Dix interpretado por Bogart es muy diferente al suyo. De hecho, se parece bastante al propio actor: socarrón, de carácter difícil, temperamental y huraño.

Es cierto que los ataques de cólera de Dix son de carácter explosivo, sin que haya nada que los justifique. Eso le emparenta con el personaje de la novela. Pero mientras que en esta sabemos desde el principio que es un asesino serial, en la película, Bogart es una víctima de las circunstancias.

Al principio simpatizamos con él: nos gusta que sea un escritor quemado, que trate de rebelarse después de muchos años de trágalas con el sistema y que defienda la integridad del creador. Nos gustan sus devaneos con Laurel y sus chispeantes diálogos. Pero es entonces, con sus réplicas, cuando ella se gana nuestro corazoncito.

Pregunta Dix: “¿Cómo puede gustarte alguien con esa cara?” Seguro de sí mismo, trata de besarla: “Dije que me gustaba, no que quisiera besarla”. O una de las más famosas: Dix le plantea que cenen juntos esta noche y Laurel le espeta: “Esta noche cenaremos, pero no juntos”.

Ese juego hace que Dix empiece a ver en su vecina a uno de los complejos personajes femeninos que le gustaría escribir: enigmática, atractiva, escurridiza. El juego entre la realidad y la ficción cobra mayor sentido al desarrollarse en una casa con tintes fantasmagóricos. Nada gótico, que es un estilo español, pero muy intrigantes los juegos de luces, ventanas y espejos, lo que permite al Nicholas Ray jugar con la profundidad de campo. De hecho, es una recreación en estudio de la primera vivienda que el director Nicholas Ray ocupó en Hollywood.

Más relación entre la realidad y la ficción: durante la filmación de la película, Nicholas Ray estaba casado con Gloria Grahame, que estaba en los primeros meses de embarazo. Pero las cosas no iban bien entre ellos. De hecho, se separaron antes del final del rodaje. ¿No cobra otra dimensión, de esa manera, la frase con la que se cierra la película? “Nací cuando ella me besó. Morí cuando me abandonó. Viví unas semanas mientras me amó”.

Jesús Lens