UNA MINA LLAMADA INFIERNO. EL TEBEO

Anoche volví a la Vega del Bierzo, un territorio mítico surgido de la imaginación, la experiencia y la observación sobre el terreno de un tipo proteico y singular llamado Alejandro Gallo.


Releo las notas que escribí sobre mi primera lectura de “Una mina llamada infierno” y no puedo evitar sonreírme. Así empezaba a aquella ya lejana reseña: “En lunfa, el lenguaje popular bonaerense por antonomasia, “mina” significa chica, mujer joven. Por eso, la primera vez que escuché hablar de “Una mina llamada infierno” pensé que se trataría de la historia de una tanguista de vida desgraciada dotada del dudoso don de llevar a los hombres a la perdición.

Sin embargo, nada más ver la portada del libro de Alejandro Gallo te das cuenta de que no. De que la historia acontece en el mundo de las minas de verdad, de las minas de carbón y grisú en las que tantos y tantos hombres de han dejado la salud y la vida a lo largo de la historia.”

He tenido la inmensa suerte de conocer a Alejandro y de compartir con él palabras, presentaciones de amigos comunes, cervezas y vinos. Por eso, ahora ubico mucho mejor ese mítico universo del que antes hablaba. Sigamos con la reseña: “Estamos en la cuenca minera leonesa, donde una serie de extraños asesinatos tiene sumida en la perplejidad a la Guardia Civil de Vega del Bierzo y, por supuesto, a sus vecinos ya que el asesino está matando, de forma sistemática, a los antiguos miembros de la conocida como “Cuadrilla del Picas”.

La policía manda hasta allí a un agente infiltrado, que habrá de introducirse en el pueblo e integrarse en la vida cotidiana de los vecinos. Y, para ello, nada mejor que entrar a trabajar en ese pozo, en esa mina a la que todos llaman Infierno.

A partir de este punto de partida, Alejandro Gallo utiliza los ojos del inspector Ramalho para introducir al lector en la vida cotidiana de Vega del Bierzo, donde conoceremos a sus entrañables vecinos, donde podremos jugar al dominó y pasear por la plaza del pueblo, saludando a la dueña del quiosco y charlando con su pequeña y adorable hija.


Las páginas que Gallo dedica a la llegada e integración de Ramalho en el pueblo, sus primeros días en la mina, las ampollas, el hambre y el cansancio; las correrías por los garitos de la comarca, etc. son absolutamente deslumbrantes. De las que te provocan ganas de pedirte un permiso en el trabajo, sacar el mapa de carreteras y marcharte para León durante una temporada.”


Y aquí me van a permitir que me tire un pegotazo. Tras leer la reseña antedicha, Alejandro decidió incluir un mapa al comienzo de su siguiente novela: “Los caballeros de la muerte”.

Pero, habrá quién se esté preguntando, ¿por qué vuelve este tío a hablarnos de una novela que ya tiene varios años, justo cuando el autor acaba de publicar “La última fosa”, que tiene pinta de ser una cojonuda historia sobre los famosos acontecimientos de Asturias en 1934, tradicionalmente citados como el auténtico comienzo de la Guerra Civil española?

Pues hablamos de “Una mina llamada infierno” porque hemos disfrutado por segunda vez con la historia de Ramalho, gracias a la versión en cómic que se ha publicado hace poco, con guión de Gallo y potente dibujo de Cangialosi. Una vuelta al mundo de la mina y a una sociedad tan compleja como atractiva, violenta y solidaria. Que tal gazpacho, ya lo verán ustedes, es posible.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.