TODO VA A CAMBIAR

No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.

Albert Einstein

Hay libros que son de inexcusable lectura. Y no. No me refiero a los clásicos rusos del siglo XIX ni a los autores españoles del Siglo de Oro. Tampoco a esos artificialmente encumbrados títulos que, si no has leído, no te permiten sacar pecho en las tertulias más in y más cool de la modernidad rampante.

Me refiero a títulos como “Todo va a cambiar”, de Enrique Dans, cuyo subtítulo reza así: “Tecnología y evolución; adaptarse o desaparecer”.

Sé que habrá muchos lectores de este Blog que tengan atravesado a Dans, no en vano, es de los que defiende la libertad de la Red y la P2P que, en teoría, tanto daño hace a los creadores. En teoría.

Filias o fobias aparte, lo que más me gusta del libro de Enrique es que parte de verdades que, por incómodas que sean, no dejan de ser verdades. Como que la descarga de archivos es un hecho, está ahí. Y no va a haber quién la pare. Se trata, pues, de adaptarse. En el cómo está la clave. Y el desafío. (Muy interesante el artículo de hoy, de Elvira Lindo, sobre el particular)

Un cómo que no pasa por cánones mafiosos, detectives privados en las bodas, redes artificialmente enlentecidas, órdenes judiciales de cierre de páginas web o policías en Internet.

Nos podrá gustar más o nos podrá gustar menos. Pero eso es lo que hay. En la música ha pasado. Con el cine está pasando. Con la prensa y los libros está a punto de pasar. El debate está abierto, pero la realidad no espera a su conclusión. La realidad nos arrolla. Y, o estamos preparados, o quedaremos sepultados. Porque no hay buenrollismo ni legislación que pueda pararla.

Además de tocar ejemplos prácticos tan interesantes como los de Microsoft, su Encarta y la Enciclopedia Británica, Google, Youtube o el auge de las Redes Sociales, con Twitter como estrella; Enrique Dans habla de cuestiones más generales, básicas en nuestro día a día.

Como la gestión de la comunicación, por ejemplo. La comunicación, o es bidireccional y admite réplicas, críticas y comentarios, o no es. Y no es porque, sencillamente, no llega. Aunque siga habiendo mucha gente que reniegue de ellas y las considere algo parecido a la peste bubónica, las Redes Sociales lo han cambiado todo. Basado en el concepto de Web 2.0., exigimos participación. Queremos ser oídos, escuchados y tenidos en cuenta.

Sin posibilidad de retorno, la comunicación unidireccional no cala. El discurso pétreo e inamovible resulta sencillamente increíble, en todas las acepciones del término.

Podrá no gustarnos el rumbo que han tomado las cosas. Podremos renegar de muchas de las tesis que plantea Dans. Pero están basadas en una realidad que no está por llegar: ha llegado.

Como bien dice al final de su libro, no es que “Todo vaya cambiar”. Es que todo ha cambiado ya. Y utilizar la táctica del avestruz para intentar salir indemnes nunca ha sido una solución válida.

A adaptarse y reinventarse tocan. Sí o también.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.