¡Toda una vida!

Viernes. Día de cambios en la cartelera de cine. ¿Qué habrán estrenado? ¿Habrá aguantado la imprescindible “En la casa”, de la que hablaremos pronto, pero que tienes que ver, sí o también? ¿Habrá algún cine que proyecte la nueva comedia de Ken Loach?

Y llega el mazazo.

¡Toma ya!

Automáticamente le mando un SMS a mi amigo Jorge, recordándole que él y yo quedamos para ir al cine, para ver “El festín de Babette”.

Hace veinticinco años.

Entonces estudiaríamos Tercero de BUP. O COU. Y no había móviles ni usábamos Internet. Imagino que quedaríamos al salir de clase. O que nos llamaríamos al fijo, a primera hora de la tarde.

Hace veinticinco años, los viernes, todos los viernes, íbamos al cine. Y los miércoles, Día del Espectador. Y los jueves. Y los lunes. Pero los viernes eran impepinablemente cinematográficos. Y, después, al Bar Ríos, a beber cañas de Alhambra sin fin, con tapas de morcilla, lomo, hamburguesilla…

Veinticinco años después, nada es igual y todo es distinto. Menos “El festín de Babette”.

Hoy no iremos al cine.

Pero sí que me gustaría ir al cine a ver “El festín de Babette”. Con Jorge. Y con quién más se quiera apuntar.

Porque veinticinco años después, más allá de que sea una copia digitalizada o remasterizada, seguro que sigue siendo una gran película. Las películas son las mismas. Quiénes cambiamos somos las personas.

¡Veinticinco años!

Toda una vida…

Jesús Lens