Se me saltan las lágrimas

De alegría. Felicidad. Ilusión. Dicha. ¡Se me saltan las lágrimas al pinchar el icono de ‘confirmar compra’ de los abonos del Jazz en la Costa, una de las citas culturales que, este verano, aguantan en pie!

Paradójicamente y mientras escribo estas líneas, me ha saltado una alerta de IDEAL en el móvil: ‘Suspendido el Granada Sound’, que aplaza su novena edición a septiembre… del año que viene. Qué duro resulta leerlo, aunque sea un certamen al que no voy habitualmente.

Pensar en un multitudinario concierto de rock en estas circunstancias, resulta complicado. Durante el confinamiento, para animarme a hacer deporte, buscaba en YouTube conciertos de Rage Against The Machine. Al ver a decenas de miles de personas saltando, chocando, sobándose e intercambiando diversos tipos de fluidos corporales entre sí; tenía la sensación de estar asistiendo a un espectáculo gore, preámbulo del Apocalipsis zombi. Y sin calendario maya que lo predijera.

Lo del Parque del Majuelo de Almuñécar es otra cosa. Es fácil el control de acceso y la numeración de los asientos garantiza el distanciamiento social. Seremos menos espectadores que otros años, pero lo disfrutaremos igual. No vienen grandes luminarias del jazz internacional, obviamente, pero los programas dobles diseñados por los organizadores son excelentes, con Marco Mezquida, Ernesto Aurignac, Andrea Motis y Chano Domínguez a la cabeza.

También son menos días de conciertos. Igualmente lógico. Tiene todo el sentido comprimir los programas. Será el sino de las citas culturales de lo que queda de 2020. Lo del otoño en Granada, por ejemplo, va a ser un no parar: si las cosas salen bien, se concentrarán buena parte de los certámenes aplazados en primavera más las citas propias y habituales de la temporada. ¡No va a haber público —ni horas— para tanto sarao! Al menos, si no hacemos un esfuerzo… por limitar la actividad.

A la vez, es necesario aprovechar las ventanas que nos ofrece la nueva normalidad para ir organizando actividades culturales. Igual que se reactivan el comercio, la hostelería y el turismo; hay que propiciar un verano cultural que dé oxígeno al sector. Unos julio y agosto de andar por casa, tirando de los creadores de la tierra.

Así lo entendimos en Gravite. Aunque celebramos la segunda edición del festival el pasado enero, en cuanto ha sido posible hemos organizado unos Encuentros en la Tercera Fase que hoy culminan en la Plaza de las Culturas de CajaGranada. Un carpe diem cultural del que nos sentimos la mar de orgullosos.

Jesús Lens