Pequeña literatura boomerang

Sus cuentos me llegaron en forma de boomerang, golpeándome la cabeza y dejándome literalmente KO, el pasado martes, en el acto de entrega de los premios Letras Pequeñas que convocamos el festival Granada Noir y la delegación de educación de la Junta de Andalucía, a través de su red de bibliotecas escolares.

Cuatro chicas y un chico provenientes de cinco centros diferentes leían sus cuentos delante de sus profesores, familia y amigos. Cuentos que, a pesar de haberlos leído antes, escuchados de la boca de sus autores, me impresionaron sobremanera.

¡Enormes, las Letras Pequeñas! Gigantes, Mouna Idrissi Hachim, Laura Buendía Martínez, Juan Luis Bravo Fuentes, Marina Rodríguez García y Celia Muñoz.

No es fácil escribir cuentos. Y más complicado aún es hacerlo sobre un tema tan complejo y crudo como el del acoso, que puede tocar de cerca al alumnado de colegios e institutos llamado a participar en Letras Pequeñas. Sin embargo, qué bien lo resolvieron los premiados en esta primera edición del concurso. Cuentos muy diferentes entre sí, escritos con tonos distintos y finales diametralmente opuestos. Cuentos muy bien rematados, todos ellos, como podrán comprobar a medida que los subamos a www.granadanoir.com

Este Puente de la Inmaculada Constitución está haciendo un tiempo tan magnífico que el cuerpo pide calle, naturaleza, playa o montaña; más que encerrarse a escribir. Pero como anochece pronto y las horas de oscuridad son largas, hay tiempo para todo. Por ejemplo, para escribir el tradicional relato de invierno a que nos invita IDEAL todos los años.

Para quienes nos gusta escribir, el cuento navideño es una provocación, una invitación, un reto, un desafío. Desde el mítico cuento de Dickens a esa joya que es “El cuento de Navidad de Auggie Wren” de Paul Auster, esta modalidad de relato es un género en sí mismo.

Cuando llegan estas fechas de diciembre y todavía no tengo ni una maldita idea para el relato del día 25, empiezo a ponerme nervioso. Y ahí me tienen, saliendo a trotar, paseando o escuchando música, enmimismado en mí mismo, cada vez más felizmente ajeno a tanto ruido exterior.

Queridos profes, padres y madres… animen a la chavalada amante de la literatura a escribir un Cuento de Navidad. O a hacer una ilustración, si son más de dibujar. No hay un regalo más bonito para esos días tan especiales. ¡Anímenles! ¡Anímense!

Jesús Lens