LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA

No le regaló un disco. Ni un enlace web a un vídeo del Youtube o a cualquier blog. No le regaló una película, un DVD, un Ipod, un MP3 o cualquier otro objeto de la era digital/virtual.

 

No.

 

Chávez, el Denostado, le regaló a Obama un libro. (Ver VÍDEO)

 

Y no fue un libro cualquiera.

 

Recuerdo que Luis Sepúlveda ironizaba, al contar una de sus estadías en prisión, bajo el régimen de Pinochet, diciendo que sus carceleros eran intelectualmente tan limitados que les dejaban tener en las celdas un libro como «Las venas abiertas de América Latina» al considerarlo como un inocuo tratado de medicina. Y si pinchan el enlace, se darán cuenta que puede ser cualquier cosa menos inocuo.

 

Pocos libros tan revolucionarios, intensos, duros y preclaros como «Las venas abiertas de América Latina», de ese genio uruguayo llamado Eduardo Galeano, un mago, un alquimista de las palabras, al que pueden escuchar en su propia voz en este enlace.

 

¿Lo conocen? ¿Lo han leído?

 

Se trata de uno de esos libros que te abren los ojos a la realidad del saqueo, el expolio y la aculturación de todo un continente.

 

En España está publicado por la editorial Siglo XXI y lleva la intemerata de ediciones. En serio, si no lo han leído, aprovechen el momento. Una inmejorable ocasión para comprender muchas de las cosas que ocurren en nuestro continente hermano, a través de una prosa fulgurante y hermosa como pocas.

 

Un libro imprescindible.

 

Jesús Lens

 

PD.- Nos podrá caer mejor o peor, pero Chávez es listo a rabiar, está preclamente dotado del don de la (in)oportunidad y tiene un talento innato para encaramarse en el Candelabro como pocos dirigentes del mundo, el tándem Bruni-SK incluido.     

CUBA EN LA ENCRUCIJADA

Hay una frase, habitual entre los viajeros que quieren conocer Cuba más allá de las playas de Varadero, y que molesta especialmente a los cubanos: «Hay que ir antes de que se muera Fidel». O Raúl, en su caso. Y es que los viajeros somos eminentemente egoístas y, por una excitante experiencia o por un cúmulo de buenas fotos, seríamos capaces de ir hasta el infierno.

 

Cuba. Ligada a la historia española con mucha más intensidad que el resto de los países sudamericanos, tanto por lo tardío de su independencia como por lo traumático de la misma, la Perla del Caribe sigue ocupando un lugar muy importante en el imaginario colectivo español y todo lo que pasa (y no pasa) en la isla es seguido con mucho interés y atención desde esta orilla del Atlántico.

 

Cuba. Una palabra tan corta como sonora que esconde tras ella una compleja variedad de difíciles realidades, contradictorias entre sí, que se superponen, se pisan y hasta se anulan mutuamente. Un sencillo paseo por la Habana Vieja servirá para que muchas de ellas se pongan de manifiesto hasta para el turista más despistado, desde los pícaros y buscavidas que, atesoradores de una simpatía y gracejo sin igual, harán lo posible y hasta lo imposible por conseguir un par de pesos a esos coches antiguos que, como piezas de museo rodantes, tanto llaman la atención de los turistas.

 

Dodges, Cadillacs o Buicks de tamaño imposible que, si sobreviven, no es por el afán coleccionista de sus dueño, sino porque les siguen siendo necesarios para el desempeño cotidiano de sus actividades. Y no tienen dinero para cambiarlos por otros nuevos. Como pasa con esas casas de estilo colonial que amenazan ruina, que en cualquier país europeo estarían rehabilitadas… y costarían un riñón, por supuesto.

 

Edificios que en las capitales de todos los países desarrollados del mundo estarían conformados por viviendas de lujo. Como ocurriría con las que hay frente al Malecón de La Habana, cayéndose a pedazos y que, debidamente arregladas, estarían al alcance de pocos, muy pocos bolsillos, lo que supondría que sus actuales moradores acabaran dando con sus huesos en barrios periféricos, bien alejados del centro. Casas que se desmoronan y a las que una mano de pintura no haría sino enmascarar la extrema precariedad en que se sostienen. Casas en las que malviven, hacinados, cientos de miles de habaneros.

 

Así, sales del Hotel El Tejadillo, junto a la vaporosa Catedral de La Habana, y te acercas a tomar algo a otra de esas casas coloniales rehabilitadas, como El Patio o La Muralla, y alucinas. Son preciosas. Son perfectas. Son mágicas. Pero son mentira. Porque esas preciosas casas rehabilitadas, esa Habana Vieja que luce sus mejores galas, apenas ocupa dos o tres calles de un barrio en que, eso sí, las tiendas son locales, los comercios son tradicionales y las aniquiladoras franquicias aún no han hecho tabla rasa con unas fachadas con un sabor muy, muy especial.

 

Porque eso se suele decir de La Habana. Como del Damasco Antiguo. O de la Medina de Fez. Que tienen sabor. Y ritmo. Y olor. Y vida. Y que permiten al viajero experimentar sensaciones de otro tiempo. Tiempos pasados, por supuesto. Siempre mirando al pasado. Es llamativo. Mientras el autoritario, centralista y planificador régimen chino que tanto alaban los hermanos Castro ha erigido la ciudad del siglo XXI por antonomasia, Shanghai, pocas ciudades te retrotraen a un pasado supuestamente extinto como La Habana.

 

Contradicciones. Mientras las ciudades más modernas reclaman el uso de la bicicleta como medio de transporte no contaminante y ecológico, en Cuba, la bicicleta es esencial en el devenir cotidiano de cientos de miles de personas. Pero nada de ultraligeras y plegables bicis de titanio… hablamos, más bien, del tipo de vehículo que provocaba el drama en el clásico de De Sicca, «Ladrón de bicicletas», de 1948.

 

Lo mismo pasa con el transporte en carro, a caballo, en carretón, muy turístico por los alrededores de la Giralda sevillana, pero radicalmente imprescindible en buena parte de Cuba. Y no sólo en la rural y más inaccesible.

 

Y aún así, no hay pueblo más alegre, divertido y aparentemente feliz que el cubano. Siempre con una sonrisa en la boca, siempre con un comentario amable, con una broma a mano, tirando de chistes y chascarrillos, «hasta de su miseria se ríe el cubano», como nos dijo un chaval de poco más de veinte años, después de invitarnos a un chupito de ron y una chuleta de cerdo, por su cumpleaños.

 

Entre la cerrazón de unos y el bloqueo de los otros, Cuba está como suspendida en el tiempo, sin evolucionar. Este 2009 se conmemora el Cincuenta Aniversario de la Revolución. Aquella revolución de los barbudos que encandiló a millones de personas de todo el mundo que terminarían hondamente decepcionados por la trayectoria del régimen castrista, aún reconociendo los avances en educación y sanidad de un país que sigue habitualmente presente en nuestras tertulias y discusiones de sobremesa.

 

Obama anuncia, ahora, que se permitirán los envíos de remesas a Cuba y los viajes de los estadounidenses a la isla. A la vez, señala que las compañías americanas de telecomunicaciones podrán operar libremente en la Perla del Caribe. ¿Apertura? ¿Comercio? ¿Neocolonialismo al estilo siglo XXI? De ello hablábamos hace unos días, creando un grupo en Facebook al que se pueden unir…

 

A los cincuenta años de su Revolución, Cuba se encuentra frente a una encrucijada en que confluyen las victorias electorales de los partidos de izquierda en buena parte de los regímenes democráticos latinoamericanos con el cambio de la política de vecindad estadounidense. La Cumbre de las Américas, ahora, y la celebración del Congreso del Partido Comunista de Cuba, a fin de año, deberían marcar un punto de inflexión en la historia de un país que, ojalá, por fin pueda encarar el futuro con un cierto optimismo.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

 

PD.- Nos acabamos de desayunar con esta noticia: «Obama ofrece un nuevo comienzo en las relaciones con Cuba». ¿Qué les parece?

CINES DEL SUR

Ya asoma la patita la tercera edición del Festival Cines del Sur.

 

Lo primero, la imagen del cartel de este año.

 

¿Qué os parece?

 

La explicación de la Imagen elegida:

 

La imagen, realizada por el diseñador granadino Ángel Lozano, es una metáfora sobre el encuentro entre oriente y occidente.

El elemento principal de esta imagen es la grulla de origami. El origami se define como un arte educativo en el cual las personas desarrollan su expresión artística e intelectual mediante el doblado del papel. En las culturas orientales, la grulla simboliza la esperanza, la paz y la prosperidad, como lo es la paloma para las occidentales. La textura de fondo es una representación modular clásica mudéjar y es el elemento de vinculación del Festival con la ciudad de Granada y en especial con la Alhambra.

Seguiremos informando.

 

Jesús Lens

LA CASA DE LOS SIETE PECADOS

La columna de hoy viernes, en clave literaria.

 

No sabía yo ni una palabra sobre la leyenda de la Casa de las Siete Chimeneas en que ahora mismo se encuentran ubicadas distintas dependencias del Ministerio de Cultura. Ni tampoco sabía mucho sobre Felipe II, sus líos de faldas, sus remordimientos y las tensas relaciones con su secretario, Antonio Pérez, y otros miembros de la corte.

 

Por eso, «La casa de los siete pecados», la novela con que Mari Pau Domínguez ha ganado la primera edición del Premio CajaGRANADA de Novela Histórica, me ha parecido tan interesante, uno de esos libros que, además, se leen a toda velocidad, en los que las páginas caen, sin darte ni cuenta, de cincuenta en cincuenta.

 

En la narración de Mari Pau hay un momento que me pareció especialmente brillante. Mientras Felipe II se acostaba con su amante más salvaje y apasionada y ésta le clavaba sus uñas por toda la espalda, la joven esposa del monarca, su recatada, pía y angustiada sobrina Anna de Austria, se encerraba en la celda de un convento para fustigarse con un látigo, abriéndose las carnes en un rito sangriento muy distinto al del monarca.

 

Una España en que la religión y la política; la lujuria, el sexo, la culpa y la expiación siempre han ido de la mano, dictando los destinos de esta patria nuestra que, en el siglo XXI, tantísimo debería diferenciarse de la narrada por Mari Pau… y tan poco se diferencia.

 

Aquella España, cabeza de un Imperio en que nunca se ponía el sol, se nos presenta como una corrala de vecinos repleta de rumores y maledicencias, funcionarios corruptos, espías y dossieres informativos destinados a desprestigiar a los rivales políticos, una España en que, en vez de trabajar, buena parte de los esfuerzos de las elites estaban destinados a medrar, aparentar, disimular y engañar.

 

Es lo bueno de la literatura, cuando la literatura es buena: más allá del género al que formalmente se adscriban, sean negras y criminales, de viajes, ciencia ficción o históricas, hay novelas que sirven como inmejorable espejo de la sociedad en que vivimos. Porque la historia es ese lugar en que el presente hunde sus raíces y desde el que intentamos proyectarnos hacia el futuro.

 

Con una prosa tan sencilla como fluida, Mari Pau Domínguez nos descubre los secretos de un Madrid que a mí me resultaba desconocido, aunque la historia de la Casa de las Siete Chimeneas y todo lo relativo a los amoríos del Felipe II ya estuviera muy bien documentado, constituyendo una de esas leyendas urbanas en que realidad, mito y ficción se dan la mano en un novela amena, interesante y muy agradable de leer.

 

Con «La casa de los siete pecados», CajaGRANADA inaugura un Premio de Novela Histórica que, si por su cuantía y repercusión ya es un referente internacional, ahora tiene por delante el reto de conseguir la complicidad y el beneplácito de los lectores, auténticos y definitivos jueces de las bondades de la literatura de consumo masivo.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

 

PD.- El sábado 18 de Abril se presenta la novela en Granada, en la Feria del Libro. Con la presencia de la autora. A las 13 horas. Una buena ocasión de escucharla… y de llevarse un ejemplar dedicado.