Los pasos de Navia

No hacen falta más allá de cinco minutos. Le escuchas hablar y tienes la certeza de estar frente a un tipo singular y extraordinario. Navia. Ha convertido su apellido en su nombre artístico. Sin embargo, firma sus libros con un cariñoso y cercano José Manuel. Y los firma con pluma, imprimiéndole a su letra un trazo artístico que convierte una dedicatoria en una obra de arte.

Navia cajagranada

Ayer tuve la oportunidad de disfrutar de un paseo por las más de cincuenta fotografías que componen la exposición “Miguel de Cervantes o el deseo de vivir”, en el Museo CajaGranada, de la mano de un fotógrafo que describe su trabajo como documentalismo poético, una precisa y ajustada definición. Y de ello hablo en IDEAL, acompañando las palabras con las fotos de Cristian Gálvez.

Diez meses en la carretera, se ha pasado Navia, siguiendo los pasos de Cervantes por el mundo. Al menos, los pasos del ilustre escritor que hay documentados. Que no son muchos. Pero tampoco son escasos.

Navia

Sus pasos por Andalucía, por ejemplo. Y su estancia en Alhama de Granada, donde supo de una cirujana transexual que fue acusada de bruja y cuyo personaje incorporó a su última obra, “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”.

Diez meses de trabajo en los que la lente privilegiada de Navia se pone en los ojos de un Cervantes contemporáneo para retratar y fotografiar aquello en lo que el escritor se fijaría. De joven, podría ser una chica tatuada que se bebe una cerveza, en la plaza de Antón Martín. En su época de funcionario que recorría España, los bares de carretera en los que pararía a tomar café y estirar las piernas, tras llenar el depósito de gasolina o los hostales manchegos en los que dormiría.

Retratado todo ello, por supuesto, a través de la mirada de Navia. Una mirada personal, libre, evocadora y radicalmente original, cimentada por años y años de lecturas, conversaciones, estudios y, sobre todo, observación.

Navia perfil

Navia, por ejemplo, retrata el mar en que se libró la batalla de Lepanto, donde Cervantes fue herido. A la vez, fotografía la isla de Ítaca, muy cercana al lugar del conflicto náutico. ¿No sentiría una enorme excitación, aquel soldado con formación literaria que, a buen seguro, sabía de Homero y la Odisea?

Déjense conducir por el poético realismo de Navia y sigan sus pasos. Esos pasos que recorren y reinterpretan la vida de Cervantes y su inconmensurable deseo de vivir.

Jesús Lens

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