La importancia de una palabra

Yendo de camino para el baloncesto, cruzando las calles de mi Zaidín, doy con esta pintada:

– Anda – me digo.

– Un ácrata que no comulga con las ruedas de molino del pensamiento dominante y, convencido de que el deporte rey es opio para el pueblo, deja constancia escrita de su descontento y malestar – pienso.

Doy tres pasos más allá y mi horizonte visual se amplía.

Ahora, la pintada queda así:

Y, la verdad, ya no sé qué pensar…

Jesús Lens y sus dominicales reflexiones de barrio. Anoche también eran de fútbol. Y el pasado miércoles… ¡uf!