Homeland

Se la esperaba con ganas. Con muchas ganas. ¡La serie del año! Premiada en Estados Unidos, bendecida y alabada por crítica y público, por fin ha desembarcado “Homeland” en nuestras pantallas y… ¡ha colmado nuestras más altas expectativas!

Al menos, con su primer episodio, denso, intenso y cargado de contenidos.

El punto de partida es tan sencillo como atractivo: un sargento del ejército norteamericano, desaparecido y dado por muerto en Oriente Medio, es súbitamente encontrado por un grupo de Marines y devuelto a casa, en loor de multitudes, incienso a santidad y madera de héroe; recibido por el mismísimo Vicepresidente de los Estados Unidos.

Pero ocho años son muchos años.

Por ejemplo, para la familia del héroe desaparecido en combate, esposa joven y fogosa y dos hijos en edad difícil. ¿Cómo encajará en casa, de vuelta, el marido desaparecido?

Pero es que, además, no es oro todo lo que reluce y la historia del héroe reencontrado puede tener más agujeros que el casco del Titanic, después de chocar con el iceberg. Y para tratar de descubrirlos, nada mejor que una analista de inteligencia tirando a neurótica, amante del jazz y sacada del campo de operaciones por su franca inestabilidad mental y decidida falta de disciplina. Una conspiranoica nata, vamos.

La duda sobre la honestidad del héroe o su posible conversión al islamismo radical y terrorista late desde el primer minuto de la serie y será el hilo conductor de una trama que promete ser absolutamente adictiva.

El guion, basado en una serie anterior de procedencia israelí, es modélico y las interpretaciones de los actores, absolutamente ajustadas y perfectas. ¡Hasta los niños están bien!

Deseando ver el resto de “Homeland”, con fundadas esperanzas de que estará a la altura de este sensacional primer episodio -y a la espera del regreso de “Mad Men” y de «Juego de tronos»- convenimos con los yanquis en que, efectivamente, estamos ante una de las grandes series de un año que, por desgracia, nos ha traído demasiadas decepciones catódicas.

Jesús Lens

PD I.- Visto el segundo episodio, la cosa me sigue gustando.

PD II.- ¿Y el 18 de abril de 2008, 2009, 2010 y 2011?