CON AMIR VALLE EN CARMONA

Cuando saltó la noticia de que Amir Valle era el ganador de la tercera edición del Premio Ciudad de Carmona de Novela Negra, convocado por la editorial cordobesa Almuzara, me dio un tremendo alegrón. Si el año pasado ganó Guillermo Orsi y pudimos reencontrarnos con un amigo grande y noble, el premio para Amir ha constituido una inmejorable ocasión para charlar largo y tendido con un escritor cubano muy joven y, sin embargo, ya veterano, curtido en mil batallas, posiblemente más de las que a él le hubiera gustado entablar.

Pero de ello hablaremos otro día. Hoy nos quedamos con la parte amable y festiva que siempre supone ir a un acto literario que, en este caso, también fue musical ya que la entrega del premio a Amir Valle coincidió con el Festival de Jazz de la ciudad de Carmona y una estupenda banda de jazz fusión sevillana amenizó la velada.

Una velada en que se entregaron premios a los chavales de los colegios que han participado en un certamen literario nacido al albur de este Premio de Novela Negra con que Almuzara se ha hecho un nombre imprescindible en el panorama negro y criminal de este país, de manera que su colección Tapa Negra es un referente ineludible en el mundo de las letras policíacas escritas en castellano.

Tras un sencillo acto en el fabuloso teatro Cerezo de la increíble y deliciosa ciudad de Carmona, nos tomamos unas cervezas y unos pinchos en un elegante quiosco, siguiendo, a continuación, con unos combinados que nos tuvieron entretenidos hasta altas horas de la madrugada con un grupo compuesto por la estupenda y atenta gente de Almuzara, con Pepe a la cabeza, y por algunos representantes de la prensa, después de que el galardonado y el también escritor Mariano Sánchez Soler y su esposa se retiraran prudentemente a descansar.

A mí me gusta hablar. Me encanta. Quiénes me conocen lo saben bien. Pero hablar de libros con personas que los aman y los reverencian, es un privilegio. Por eso, veladas como la del viernes por la noche, en Carmona, se nos quedan grabadas a sangre y fuego.

Como se nos ha quedado grabada esa habitación San Bartolomé del espectacular Hotel Marqués de las Torres, un edificio histórico de piedra en que se respira el paso de los años. Por segundo año consecutivo pudimos disfrutar de una habitación que ya sentimos como nuestra. Igual que Carmona, una ciudad amable y sensual por cuyas calles caminamos con total naturalidad, siempre alertas ante la magnificencia de sus monumentos, iglesias y palacios.


Una jornada fabulosa que culminó con la dedicatoria que Amir escribió en mi ejemplar de “Largas noches con Flavia”, un puñado de palabras que sirven como refuerzo para esta febril actividad lectora en que estamos sumidos, una vorágine de lecturas, reseñas, comentarios, presentaciones y sugerencias que tienen su recompensa en noches como ésta y, sobre todo, en la amistad con personas como Amir, Guillermo, Lorenozo Lunar, Rebeca Murga y tantos y tantos otros.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

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