Centrarse en el Centro

El año pasado, el Centro Lorca saltaba a la portada de IDEAL en Semana Santa: recién inaugurada su primera gran exposición, cerró por vacaciones y apenas abrió sus puertas un puñado de horas durante los días de más afluencia de gente a la ciudad. Ayer volvía a abrir la información cultural de este periódico, al celebrarse el primer aniversario de la llegada del Legado de nuestro poeta más universal. Y lo hacía bajo el siguiente titular: ‘Un año para dar el salto’.

Igual que a final de año nos encontramos bajo los efectos del espíritu navideño y somos más indulgentes que de costumbre, la proximidad de agosto me llena de espíritu veraniego y me siento más facilón, optimista y benevolente. Con decirles que espero hoy lunes con alegría e ilusión…

Así las cosas, quiero pensar que, bajo la dirección de Sara Navarro, el año para dar el salto está por venir, que el Centro Lorca lleva demasiado tiempo funcionando con respiración asistida. Como bien señala Laura García Lorca, “no nos podemos seguir manteniendo a base de favores. Tiene que empezar a funcionar en serio”.

Estos días he tenido ocasión de hablar con el nuevo alcalde de Granada, Luis Salvador, y está firmemente comprometido a que el Centro Lorca tenga el mismo efecto dinamizador para la cultura en Granada que el Museo Picasso en Málaga. Además, será la punta de lanza de la candidatura para la Capitalidad Cultural del 2031.

Todo ello requiere de una cosa primordial: dinero. El personal del Centro Lorca rebosa de talento, imaginación y capacidad de gestión, pero sin un presupuesto en condiciones no puede haber una programación estable de teatro, exposiciones y actividades literarias y culturales.

El anuncio de la inauguración de la muestra ‘Jardín deshecho: Lorca y el amor’ para el próximo 20 de septiembre, comisariada por Christopher Maurer, y el estreno de la instalación de Álex Peña, ‘Recreativo Federico’; prometen darle una nueva dimensión al Centro Lorca. Las esperamos como baño de mar en agosto y pistoletazo de salida para el Año Uno después del salto.

Jesús Lens