Cervecería de cultura

A nuestra vuelta de Irán pasamos un día en Barcelona, a la espera de coger el vuelo a Granada. Es cierto que fuimos a La Pedrera, pero mentiría si no confieso que la visita más recordada de aquella jornada, tras diez días de rigurosa Ley Seca en el país de los ayatolás, fue al moderno bar restaurante en que la cervecera Moritz ha convertido su fábrica.

Me acordaba de aquella visita al leer que, en Berlín, en pleno centro de la capital alemana, abre sus puertas la Kulturbrauerei, literalmente, Cervecería de Cultura. Se trata de un enorme edificio industrial de ladrillo que, construido a finales del siglo XIX, albergó la fábrica de cerveza más grande de Europa.

 

Ahora es un gran espacio cultural de 25.000 metros cuadrados con una veintena de edificios y seis patios enlazados entre sí. Un lugar en que conviven salas de cine y teatro con pabellones para actuaciones musicales, bares, cantinas y restaurantes y amplios espacios para el disfrute de ferias gastronómicas.

Ni que decir tiene que la Kulturbrauerei se ha convertido en uno de los pulmones culturales más vivos y excitantes de Berlín, acogiendo igual conciertos de grandes bandas internacionales que el famoso Mercado de Navidad o una enorme hoguera en la Noche de Valpurgis.

 

Sí. Lo sé. Y ustedes saben que yo sé en lo que tanto ustedes como yo estamos pensando. ¿Se imaginan que, en mitad de la popularmente conocida como Cuesta de las Cervezas Alhambra, conviviera la fábrica de nuestras adoradas Especial, Milno y Roja con un espacio cultural y recreativo, una vez rehabilitados los pabellones más antiguos, actualmente cerrados?

Granada no ha tratado bien su patrimonio industrial. De hecho, no lo ha tratado de ninguna manera, olvidándolo y destruyéndolo. Tener en el centro de Granada un espacio como el de la fábrica de Cervezas Alhambra es un privilegio y sería fabuloso que una de las grandes empresas de nuestra tierra mostrara al público las interioridades del proceso creativo de una de nuestras bebidas de referencia… además de darle vida cultural y festiva a esa zona de Granada.

El compromiso de Cervezas Alhambra con la cultura local es innegable. Convertir parte de su fábrica en otro espacio cultural más para esta ciudad, una vez restaurada, sería algo que redundaría en beneficio de todos. ¿Le echamos una pensada mientras nos tomamos unas cañas?

 

Jesús Lens

Equidistancias y argumentarios

Lo que más me gusta de la realidad es que, en ocasiones, nos obliga a hacer denodados esfuerzos fantasioso-imaginativos, dialécticos y estilísticos. Por ejemplo, lo de la concesión de la Medalla de Oro de Cádiz a la Virgen del Rosario, aprobada por el ayuntamiento gaditano gobernado por Kichi y Podemos.

¡Increíble, leer a gente de la izquierda laica -y hasta atea- de toda la vida, tratando de justificar lo injustificable! Pocas veces la expresión “comulgar con ruedas de molino” ha tenido tanto sentido. En serio. Solo por leer según qué estados de Facebook, hay que darle las gracias a la susodicha Virgen del Rosario.

 

Que digo yo que, con callarse, ya está bien, ¿no? Que eso de hacerle la pelota a los de arriba y reírles todas sus gracias, debería tener un límite. ¿No dicen que quien calla, otorga? ¡Pues ya está!

Desde que en los partidos políticos se ha puesto de moda lo de tirar de argumentario-tutorial hasta para ir al baño, los militantes-activistas cibernéticos aburren cantidad, siempre con el manual a cuestas, a modo de catecismo.

 

Y luego están los que, con tal de mantener las equidistancias de lo políticamente correcto y del buenrollismo imperante, son capaces de justificar cualquier cosa. Es algo que me deja anonadado. Gente que hace funambulismo mental para tratar de demostrar que contempla todos los ángulos y examina todas las perspectivas de cualquier situación, antes de manifestarse, significarse o tomar partido.

 

Es la gente del pero. Del pero empobrecedor. Del pero que le resta fuerza y valor a cualquier afirmación o declaración. Es la gente que, cuando matan a tres mujeres en 24 horas, critican la violencia machista, pero sostienen que hay que analizar cada caso de forma concreta e individualizada y que no hay que olvidar que también puede haber hombres maltratados.

Y nos queda la otra equidistancia. La de quienes afirman atesorar tanta información, que todo les parece entre mal y peor. Entonces, cuando se trata de votar a Hillary o a Trump, concluyen que ambos son igual de malos. Y no votan contra Trump. Al no votar a Hillary. Y cuando sale Trump, solo dicen: ¡Quién-lo-iba-a-pensar! Pero insisten en que Hillary era malísima de la muerte.

 

A ver, cuando desaparezcan la cobertura médica y las ayudas para los estudios, qué argumentan los finos equidistantes.

 

Jesús Lens

¡Netflix, por favor!

Yo también me dejé llevar por la nostalgia, cuando me enteré de que la nueva película de Scorsese la producirá Netflix, llorando a lágrima viva porque, salvo que la empresa cambie de política, no podremos verla en cines. ¿Se acuerdan de esta entrega de El Rincón Oscuro, en que hablamos del gran proyecto de Marty?

Después llegó Cannes, el Festival más importante del mundo. Que esta edición, terminada ayer domingo, ha tenido dos películas de Netflix en competición oficial, para escándalo de los exhibidores galos. De hecho, en la próxima edición no podrán concursar películas que no se vayan a estrenar en las salas de cine francesas. ¡Ese proteccionismo! ¡Es la guerra!, como ya escribí en esta entrada, durante el arranque de Cannes.

 

Decisión que, de facto, veta a las películas de Netflix dado que una película estrenada en los cines franceses no puede emitirse en plataformas de internet, proyectarse en televisión ni venderse en DVD hasta pasados…  ¡36 meses! Teniendo en cuenta que, en España, vienen a tardar una media de 3/4 meses, podemos concluir que… ¡están locos estos galos! Locos, pero adictos al cine.

Concursó en Cannes. No ganó.

Pedro Almódovar, presidente del Jurado de Cannes de este año, escribió una emocionante carta de amor al cine. Al de siempre. A la sala oscura y la experiencia compartida con decenas de espectadores anónimos. Que no veo yo a Almodóvar haciendo cola y eligiendo fila y butaca, pero bueno.

 

El caso es que, pauloviana y proustinamente, yo también me puso nostalgioso. Hasta que caí en la cuenta de que, a Granada, salvo que la traiga el Madrigal -doblada-, no llegará ninguna de las películas que hayan ganado en Cannes. Ni las que hayan perdido. Como no llegan las de Venecia, Berlín o Toronto.

 

Así las cosas, ¿para qué la melancolía, si termino viendo la mayoría de películas de autor en la tele? Al menos ahora, gracias a Netflix, podremos ver  “Okja” y “The Meyerowitz Stories” este mismo mes de junio. Como me dice SOY, mi Robot, «¿y la sensación de compartir el estreno global con cientos de miles de espectadores?» Películas que, por supuesto, no han rascado bola en el palmarés final de un Cannes con una recién nacida relación amor-odio.

Un Cannes que, como siempre, ha fallado con polémica. Pero que a mí, todo lo que hay en el palmarés, me parece interesante. ¿Seré un facilón?

 

Jesús Lens

Estimada presidenta:

Estimada Susana Díaz: ahora que ha pasado una semana de las primarias y empieza a bajar la intensidad del furor mediático contra ti, escribo estas líneas como invitación a la reflexión, sobre todo, de quienes te rodean.

Hace un par de años, en la entrega de los Premios IDEAL, estuviste fantástica. Pronunciaste un discurso de más de veinte minutos sin mirar un papel en que hiciste un extraordinario repaso por la trayectoria de todos los galardonados, aprovechando para dibujar un certero diagnóstico de lo mejor de nuestra tierra. Utilizaste un tono íntimo y cercano, como si conocieras la trayectoria de todos los premiados desde el principio de sus carreras y hubieras compartido sus éxitos, pero también sus miedos, dudas y zozobras.

Más de una semana me pasé hablando maravillas de ti, después de aquel discurso, hasta el punto de que alguna gente empezó a mirarme raro. Y, precisamente por eso, no entiendo cómo ha podido cambiar, tantísimo y tan a peor, tu capacidad de comunicación. Te he escuchado estas semanas, con esas inflexiones de voz, con esos gritos seguidos de susurros; y he sido incapaz de creer o compartir una sola de tus palabras. Empecé a leer comentarios poco favorables entre amigos de todas partes de España. Y me daba pena. Pero, ¿qué decir?

Luego llegó la foto. Sí. ESA foto. Con Guerra, bien. Que sigue siendo un referente para el socialismo. Pase lo de ZP, por sus políticas sociales. Pero, ¿era necesaria la presencia de Rubalcaba y la del denostado y energético González, flanqueándote? Cargar con más de 250 años de historia del PSOE a tus espaldas, sola, debe ser muy duro. ¿No cabían en la imagen compañeras o compañeros, jóvenes y decididos, que ofrecieran una mirada hacia delante?

El PESO de la historia

¿Y las fotos en la Feria de Sevilla, vestida de faralaes entre hombres trajeados, encorbatados y aplicados al besamanos? ¡En plenas primarias!

¿De dónde sacaste aquello de la casita en la playa y lo de salir una vez a la semana a tomar cervecitas, mezclándolo con la educación y los másters, en un contexto de crisis interminable? Y, sobre todo, ¿cómo se te ocurrió aprobar un documento marco sobre tu proyecto de política cultural, de folio y medio, incluida la aberración de las clases medias asiáticas y las playas españolas?

¿Esto es un proyecto de política cultural?

En serio. Reflexionad. Y haced los urgentes cambios que la situación exige.

Jesús Lens

LUCIO 642: Aceite milenario

Busquen, busquen esas muestras de aceite. Se trata de botellas de 500 cc que reposan en elegantes estuches especialmente diseñados para albergar un elixir de aceitunas… que tiene mucha historia. Están en tiendas gourmet de toda Granada. Busquen el LUCIO 642.

¿Se acuerdan ustedes de que, en febrero del año pasado, hablamos de unos olivos milenarios de Íllora, que estuvieron a punto de ser arrancados? ¿Se acuerdan de que fueron indultados, in extremis, gracias a que una almazara de Alomartes compró la cosecha de varios años, íntegra, y a precio superior al de mercado, por mediación de la asociación Argentata?

 

Pues el aceite de la primera cosecha, la correspondiente a este 2017, ya está a la venta. Se trata de ese LUCIO 642 que se está presentando en sociedad, que ya está en tiendas gourmet y tiendas ecológicas de Granada y que, como decía antes, hoy se podrá comprar en el centro de nuestra ciudad.

Personalmente, me parece algo mágico y misterioso disfrutar de un aceite producido por olivos que tienen más de mil años. ¿Qué no habrán visto esos árboles? Por ejemplo, en 1017 se promulgó el Fuero de León, Berenguer Ramón I era conde de Barcelona y un tal Enrique III el Negro fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

 

Y, sin ir más lejos, el reino nazarí que ahora nos parece tan remoto, ni siquiera era un sueño. De hecho, cuando los olivos de Íllora ya eran plantones, la Alhambra de Granada no era más que un insignificante puesto militar.

 

Cada gota de ese aceite LUCIO 642 condensa mil años de la historia de nuestra tierra. Memoria milenaria que va más allá de lo puramente temporal y numérico. Porque si hay un producto que nos identifica como pueblo, ése es el aceite de oliva.

Es un tópico hablar de oro líquido, pero LUCIO 642 es justamente eso: oro. Oro puro. Memoria. Historia. Tradición. Ecología, respeto por el medio ambiente y compromiso con la defensa de un verdadero patrimonio natural de la humanidad.

 

No sé si hoy podré pasar por Plaza Nueva, pero pienso hacerme con un par de botella de LUCIO 642. Una, la usaré para aliñar buenos tomates,  aguacates y cogollos de lechuga. La otra pienso guardarla como pieza de la memoria viva de nuestra cultura y nuestra civilización.

 

Jesús Lens