BENEGAS, CENSURADO

Permitidme que reproduzca este esencial artículo de Javier Ortega, publicado en ABC el pasado miércoles 7 de abril. Porque la CENSURA sigue existiendo. Porque seguimos viviendo en una Andalucía de charanga y pandereta. Porque estamos hasta las pelotas de que los mediocres, chupatintas y vividores sigan campando por sus respetos. Hasta los mismísimos.

Lean. Lean y lloren.


EL cordobés Francisco José Jurado saltó el pasado otoño a la palestra con una novela, «Benegas» (de la que escribimos ESTO en su momento), que ha recabado adhesiones entusiastas de los adeptos al género negro al que se adscribe. Valga un botón de muestra, o dos. José Abad escribe: «Jurado es un narrador exigente, preocupado tanto por su escritura como por el lector, y por la inteligencia de ambos. Sus tramas, bien trabadas, están pensadas para trazar un retrato nada complaciente de su ciudad y de nuestro tiempo». Jokin Ibáñez, otro tanto: «Jurado nos habla de lo que conoce, de las calles por donde se mueve y toma un café o una cerveza, de la ciudad en donde vive. El retrato es creíble y las pinceladas son recias porque conoce el suelo que pisa». Y añade: «Es difícil terminar una novela. Y el que un grupo de lectores unánimemente grite ¡chapó!, es un éxito». Por último Jesús Lens, siempre escueto y esencial, sentencia: «Recomendable hasta ser necesaria».

Si al fervor crítico condensado en estas y otras muchas reseñas se une el rumboso ritmo de ventas -algo tengo que ver con la editorial y el dato es fiable- no extraña que Jurado se haya codeado, previa invitación, con los más grandes del género a nivel internacional en la reciente edición de Negra y Criminal, celebrada en Barcelona: Ian Rankin, González Ledesma, James Ellroy… Unos chicos que prometen, vaya. Lo que sí sorprende es que el autor revelación del año en el ámbito que nos ocupa, a la sazón lugareño, haya sido excluido por la organización de la inminente Feria del Libro de Córdoba, dedicada en esta edición a… la novela negra. De chirigota, oiga.

Claro que la sorpresa no lo es tanto si se repara en que el artífice del metódico inspector Benegas es columnista habitual de este diario -cada lunes pone una nota de humor y demoledora lucidez al desayuno- y que no tiene pelos en la lengua a la hora de denunciar corruptelas, abusos o simplemente la gestión pavisosa de nuestros honorables cargos públicos.

No sé lo que pensará (o tal vez sí) el bueno de Paco Camarasa, todo un gurú de la novela negra en este país, cuando llegado a Córdoba compruebe que su admirado Frankie Jurado, que es de aquí, de la tierra, no tiene sitio a su lado en un evento consagrado al género. Este veto, u olvido intencionado si lo prefieren, es un paradigma del sectarismo cultural que campa por sus respetos en los aledaños de la Junta. ¿Jurado es uno de los nuestros? No, jefe. Pues…

Pura novela negra, como verán.