ARTE: ¿ORIGINALIDAD O REPRESENTACIÓN?

Se armó un buen lío con la entrada dedicada al récord batido por Antonio López y su hiperrealista “Madrid desde las Torres Blancas”. Un buen lío en el sentido creativo, estimulante y discutidor del término.


Me gustaría dar un golpe de tuerca más a estas cuestiones, tirando la piedra y procurando no esconder la mano.

Personalmente, y aún apreciando en su justa medida la capacidad técnica de López, me siento mucho más atraído por el arte mestizo que traspasa fronteras. Hablando de libros, por ejemplo, novelas como “Chamamé” me fascinan, por lo abigarrado de su mezcla estilística y temática, aún sin renegar, por supuesto, de la ortodoxia literaria del Juan Madrid de “Pájaro en mano”.

Por eso, cuando leo noticias como la de que David Cronenberg ha convertido es ópera su película “La mosca”, con ayuda de Plácido Domingo y el compositor Howard Shore, flipo en colores. Sé que no la veré, pero me gusta que haya creadores que vayan más allá de lo que los límites parecen marcar.

Sin embargo, el inminente estreno de “Funny games”, de Michael Haneke, me tiene desconcertado. Esta película, según la ficha técnica, es de 2007. Sin embargo, yo ya vi una impactante y sobresaliente película titulada “Funny games”, en 1997, cuyo director era un tal… Michael Haneke. ¿Qué ha pasado? ¿Es ello posible o el tequila Cuervo Reposado me está jugando malas pasadas?

Funny Games 2007

Resulta que el director, convencido de que el mensaje de la película sigue siendo válido, diez años después de haber sido filmada, y que es exportable de su Alemania natal a los EE.UU., ha decidido volver a filmar la misma película, plano a plano, pero en inglés y con actores norteamericanos dado que el estreno de una película alemana, con subtítulos en inglés (en EE.UU. no existe el doblaje, para blindar su industria cinematográfica de cualquier competencia) pasaría totalmente inadvertido para el gran público.

Es una apuesta valiente, aunque no sabemos si necesaria. Pero lo curioso es que está siendo ahora, cuando la película ha sido filmada en inglés y en los EE.UU., cuando se le está haciendo publicidad a “Funny games” mientras que, cuando se estrenó la versión alemana, no la vimos ni cuatro gatos. Curiosa forma de defender y proteger el cine europeo frente al tan criticado imperialismo cinematográfico norteamericano.

Funny games 1997

Y, para terminar, volvamos al arte. Ya saben que a un servidor le gusta correr. Cada vez más. Más tiempo, más rápido, más lejos, más distancia, con más intensidad. Y, por eso, me gustaría acercarme a la añeja Tate Britain de Londres, a su galería Duveen, cuyos 86 metros flanqueados de esculturas neoclásicas se convertirá durante cuatro meses en una pista de carreras para velocista amateurs, por mor de una performance que reabre el debate sobre los límites de la creación, como comenta la prensa de ayer.

“Si se piensa sobre la muerte como estar completamente quieto, entonces el mayor movimiento posible, correr, es lo contrario a la muerte y un signo de vida”, señaló Matin Creed, autor de la propuesta Work No 850 que tanta polémica ha suscitado. Para unos es una explosión de vitalidad. Para otros, una tomadura de pelo. Máxime, recordando que está patrocinada por la marca Puma, de artículos deportivos.

La pregunta, pues, es la de siempre: ¿Es eso arte?

Jesús Lens.