El año de la rata

Hoy también es Año Nuevo. Al menos, para la comunidad china. Además, con el comienzo del año de la rata arranca un nuevo ciclo de doce años en el popular calendario asiático, por lo que estamos, o están, de doble enhorabuena.

Ni que decir tiene que al calendario chino y su influencia en nuestra vida le confiero el mismo valor que a nuestro zodíaco tradicional o a las cartas del tarot: una curiosidad simpática que atesora un marcado carácter simbólico, como MagoMigue nos explicará el próximo miércoles en una surrealista sesión de Gravite dedicada a Dalí.

Las personas nacidas bajo el signo de la rata se caracterizan -o deberían caracterizarse- por su inteligencia y astucia, por tener una cierta propensión a la agresividad, la riqueza, el carisma y el orden, aunque también se relaciona al maldito roedor con la muerte, la guerra, lo oculto, la pestilencia y las atrocidades.

¿Se imaginan que una sola persona atesorara todas esas características? Daría para construir una maravillosa biografía ficticia. Un fake vital de tomo y lomo que nos permitiría alumbrar, por ejemplo, la figura de un vil dictador, un sátrapa cruel y despiadado o una genial mente criminal, al peor archienemigo del mejor de los superhéroes.

Coincide este año nuevo con la aparición en China de un letal coronavirus que, en unos días, ha dejado un puñado de muertos en el camino y ha provocado la cuarentena de la ciudad de Wuhan, donde se detectó por primera vez.

De todos los terrores contemporáneos, el bacteriológico es uno de los más angustiosos y preocupantes: la velocidad a la que se mueven las cosas en el siglo XXI y la posibilidad de alcanzar cualquier confín del mundo en apenas un puñado de horas hacen que la globalización de las enfermedades se haya convertido en una terrible amenaza que, de cuando en cuando, hace saltar todas las alarmas.

Menos mal que no creemos en zodiacos ni en el influjo de los ciclos lunares en nuestra vida. Si no, esto de Wuhan, el coronavirus, el año de la rata, la pestilencia, la muerte y las atrocidades podría arruinarnos el finde.

Jesús Lens

Don Alhambro resucitado

Lo del miércoles por la mañana en el Museo Memoria de Andalucía fue un puntazo. Nos juntamos para desgranar a los medios de comunicación el programa de la segunda edición de Gravite y, sobre todo, para anunciar el nacimiento de una nueva banda, Don Alhambro.

¿Les suena el nombre? Seguro que sí. Don Alhambro fue una más de las sublimes creaciones de Federico García Lorca, un personaje de ficción que, sin embargo, estaba terriblemente apegado a la realidad. A nuestra realidad granadina, de entonces y de ahora. Así narraba el poeta de Fuente Vaqueros su concepción:

“Don Alhambro la veía dormir (a Granada) desde la Silla del Moro y se daba cuenta de que la ciudad necesitaba salir del letargo en que estaba sumergida. Se daba cuenta de que un grito nuevo debía sonar sobre los corazones y las calles…

¿Qué hacer, Dios mío, para sacudir a Granada del sopor mágico en que vive? Granada debe tener movimiento, debe ser como una campanilla en manos del charlatán; es necesario que vibre y se reconstruya, pero ¿cómo?, ¿de qué manera?”

Casi cien años después, Ángel Arias, Antonio Arias, Mónica Martínez Leyva, Migueline, Popi, Pepe Ruiz, Juan Carlos Mariano y quienes hacemos Gravite creemos tenerlo claro y así lo expondremos el próximo jueves 30 de enero, en el Teatro CajaGranada, en un espectáculo multimedia patrocinado por Bankia.

 

Granada debe ser la capital de la tercera cultura. La que fusiona las letras con las ciencias. La poesía y las matemáticas. El dibujo y la física cuántica. La música y la química. El robot y el duende. Granada tiene que reivindicar la figura de creadores visionarios como Val del Omar y su mecamística, precursor del zoom, cineasta e inventor.

Granada tiene que impulsar el conocimiento de figuras históricas como la del ingeniero Emilio Herrera Linares, pionero de la aviación e inventor del traje espacial que lucen los astronautas de la NASA en todas y cada de sus misiones.

Así las cosas, Don Alhambro se presenta como una reivindicativa banda de anartistas empeñados en desdecir a Lorca y conseguir que, en Granada y de una maldita vez, 2 + 2 sumen 4 y no sean únicamente 2 + 2, por siempre jamás.

Jesús Lens

Novedades literarias muy negras

Una vez pasada la campaña de Navidad y cuando ya estamos en lo más empinado de la cuesta de enero, es buen momento para asomarnos a las novedades del mercado editorial por lo que al género negro y criminal se refiere.

El arranque del 2020 viene cargado de títulos que, a priori, nos permiten anticipar un invierno de lo más ardiente, literariamente hablando, para disfrutar al calor del edredón de horas y horas de lectura, uno de los placeres más sencillos de la vida. Y baratos. Que la relación entre el precio de los libros y las horas de placer que nos deparan, resulta imbatible.

Empezando por España, tres autores protagonizan el banderazo de salida al 2020 libresco: ‘La chica a la que no supiste amar’, de Marta Robles; ‘Progenie’, de Susana Martín Gijón y ‘Dócil’, de Aro Sáinz de la Maza.

Regresa Marta Robles con una nueva aventura protagonizada por el personaje de cabecera de sus novelas policíacas: el detective Tony Roures. ‘La chica a la que no supiste amar’, ganadora del premio Castellón Letras del Mediterráneo 2019 y publicada en Espasa, nos sumerge en el ominoso mundo de la trata de mujeres para la explotación sexual, un tema que está recibiendo el tratamiento literario y cinematográfico que exige gracias al compromiso de escritoras y cineastas como Marta o Mabel Lozano.

Otro caso que comienza con el asalto a una mujer es ‘Progenie’, de Susana Martín Gijón, publicada en la colección especializada en negro de la editorial Alfaguara, escrita a base de capítulos tan cortos como las ráfagas de una metralleta. Maternidad y novela negra no es un binomio que se haya prodigado mucho en la historia de la literatura, por lo que será muy interesante dedicarle atención.

Otro de los imprescindibles del género negro contemporáneo es Aro Sáinz de la Maza, cuyo personaje de cabecera, Milo Malart, ha sido uno de los grandes descubrimientos de los últimos años. ‘Dócil’, publicada por Destino, es la novela más reciente del autor barcelonés, en la que el Mosso d’Escuadra protagonista de la trama se enfrenta a un caso muy sanguinario a la vez que trata de sobrevivir en un mundo y una sociedad que cada vez le resultan más ajenos, fiel a su forma de entender —o no— la vida y las relaciones con los demás.

Uno de los sellos especializados en género negro con mayor rigor selectivo del mercado, Salamandra Black, ha cambiado de año a lo grande, con nuevas entregas de Louise Penny, la autora canadiense que nos hace sentir el frío de Quebec a través de sus páginas. ‘Un destello de luz’ vuelve a estar protagonizada por el obstinado inspector Armand Gamache, siempre empeñado en descubrir la verdad de las cosas e ir más allá de lo aparente, aunque su comprometida actitud le complique la vida.

Otro autor que regresa a los anaqueles de nuestras librerías: el deslenguado Antonio Manzini, cuyo personaje de referencia, Rocco Schiavone, pasa por ser uno de los más políticamente incorrectos del espectro negro-criminal europeo. ‘Polvo y sombra’ nos cuenta la investigación de dos homicidios ocurridos casi simultáneamente: el de una transexual aparecida en el río Dora y el de un hombre cuyo cadáver ha sido encontrado por un pastor y que, de forma incomprensible, lleva anotado el teléfono de Schiavone en un papel hallado en su ropa.

A Camilleri le gustaba la mezcla de humor y melancolía de Schiavone. Su lengua viperina y su personalísima moral, más allá de los convencionalismos al uso. No es mal aval.

Ojo también a ‘El último beso’, uno de los grandes puñetazos en la mesa del noir, dado por el singular James Crumley. Conocido como ‘El poeta de la violencia’, es uno de los clásicos contemporáneos del género, uno de sus grandes revitalizadores, por lo que no es de extrañar que el festival BCNegra, hoy por hoy, el mejor de nuestro país; le vaya a dedicar una mesa redonda doce años después de la muerte de Crumley.

Otra de las editoriales más activas en la cuestión del género negro, thrillers y tramas de misterio es Harper Collins, que arranca el año con ‘El tigre y la duquesa’, de Jordi Solé. La novela comienza con el hallazgo del cadáver de una joven en el barrio gótico de Barcelona. Le toca investigar a Elsa Giralt, cuya carrera está en entredicho tras un accidente fatal que dejó tetrapléjico a su compañero, tiempo atrás. En palabras del escritor Carlos Bassas del Rey, ‘El tigre y la duquesa’ logra algo muy difícil: “enganchar tanto a los incondicionales del thriller como a los fans del policial, y lo hace sin olvidar por el camino a los amantes de una novela negra urbana de corte más clásico”.

Y terminamos recomendando la lectura de un clásico reeditado a finales del pasado año: ‘En un lugar solitario’, de Dorothy B. Hughes, publicada por Gatopardo ediciones y de la que hablaremos más en extenso muy pronto.

Jesús Lens

Un plan debajo del brazo

En mis charlas y presentaciones, siempre le busco hueco a una imagen en la que Mike Tyson suelta una perla de sabiduría digna de figurar en los sobrecillos de azúcar más sesudos: ‘Todo el mundo tiene un plan hasta que le pegas el primer puñetazo en la boca’.

Versión castiza de la sabiduría de Tyson

En Andalucía, uno de los consejeros que vinieron con vitola de estrella, Javier Imbroda, célebre entrenador y ex seleccionador español de baloncesto, ocupó la cartera de Educación y, a lo largo de este año, ha impulsado dos planes que no han resultado particularmente exitosos.

‘Me encanta que los planes salgan bien’, remataba Hannibal Smith en aquellos maravillosos episodios de ‘El equipo A’, mientras se fumaba un puro. Se ve que el líder del televisivo grupo de fugitivos justicieros tenía más y mejores dotes de comunicación que Imbroda y sus delegados. Al menos, el de Granada, dimitido hace unos días.

El consejero ya achacó a la una mala estrategia de comunicación el fracaso de su plan para los refuerzos escolares de verano: la Junta ofertó 100.000 plazas y sólo se inscribieron 2.144 alumnos en toda Andalucía.

Ahora, con el tinglado de los Ceipso y el plan de cierre de decenas de colegios de áreas rurales, Imbroda ha señalado como culpable al delegado, que no se ha sabido explicar. La comunicación, otra vez. ¡Ya es mala pata, oiga! Y no olvidemos lo del Parque de las Ciencias, otra ida de vareta de marca mayor.

Imbroda, en un vano intento de hacerse entender. O algo.

En comunicación, lo primero que enseñamos es que si un mensaje no llega o llega mal, la culpa siempre es del emisor. Bien porque el mensaje no estaba claro, bien porque los medios usados para su transmisión no eran los idóneos y adecuados. Imbroda lleva varios fiascos comunicacionales de bulto en apenas un año de gestión, provocando las iras de padres, docentes, alumnos y ciudadanía en general.

En Granada, Ciudadanos anda a la busca y captura de un delegado de Educación. La patata que le espera, más que caliente, está al rojo vivo. Más le vale venir con un buen plan debajo del brazo. Y con las dotes de comunicación necesarias para explicarlo bien y tratar de convencer a la peña. No lo va a tener fácil.

Jesús Lens

Una realidad paralela

Cuando ayer por la mañana me llegó la alerta de IDEAL sobre la presentación de un presupuesto municipal para Granada, di un salto de alegría. Por una parte, resulta imprescindible para la gobernanza de la ciudad. Es inverosímil, incomprensible e inaceptable que todavía nos estemos manejando con un presupuesto prorrogado de los tiempos de Torres Hurtado.

El segundo motivo de alegría era más banal: ya tenía tema para esta columna. Y es que, con los estragos de Gloria en la provincia y los preparativos para Fitur—se rumorea que la fiesta-presentación de esta tarde en Casa América será homérica, dado que no se garantiza el acceso ni siquiera a la gente previamente invitada, por exceso de aforo— no hay muchas más noticias de fondo que llevarnos a la boca.

Al entrar a leer la información sobre las futuras cuentas del Ayuntamiento me di de bruces con la cruel realidad: lo que el bipartito llama presupuesto son, en realidad, tres folios cuadrados a martillazos. ¡Que ni siquiera cuadran, si hacemos caso a la contestación que han tenido por parte de la oposición, con unos cuantos milloncejos de euros bailando entrelíneas!

¿Saben lo que les digo? ¡Que así no hay quien escriba una columna seria! Si los concejales del ramo comprimen los presupuestos en tres folios y ni por esas consiguen un mínimo principio de acuerdo con la oposición, mal vamos. Peor que mal.

Déjenme, por tanto, que les comente un par de informaciones contrastadas: Netflix ha llegado a un acuerdo para incluir en su catálogo las películas del estudio Ghibli. De todas las noticias que llevamos en este neonato 2020, ésta es una las mejores y más importantes. De las que más satisfacciones nos darán en los próximos meses.

La segunda: ya hay fecha para la llegada de la plataforma de Disney a nuestras flamantes Smart TV: el 24 de marzo. Y el precio, imbatible: 6,99 euros al mes por todo el catálogo de Márvel, Pixar, National Geographic, Star Wars y la propia Disney.

Granada sigue sin cuentas creíbles ni proyectos de futuro. Menos mal que hay una realidad paralela y en streaming bastante más atractiva, entre seres galácticos, dibujos animados y superhéroes de ficción.

Jesús Lens