Dolores cotidianos

Nunca podré olvidar aquel domingo de hace 30 años, cuando la radio dio la noticia de la muerte de Fernando Martín en accidente de tráfico. Estábamos en el campo, en familia. Mientras nuestros padres descabezaban un sueñecito, mi hermano y yo escuchábamos los deportes. Fue una conmoción. Lo sigue siendo.

Nunca olvidaré, tampoco, lo de Kobe Bryant. Era igualmente domingo. Estaba troleando con los amigos de la peña de baloncesto a través de nuestro grupo de WhatsApp. Vi que Kobe era trending topic en twitter. “Qué raro”, pensé. “Es extraño que Kobe sea tendencia y no LeBron”.

La noche anterior, LeBron James había batido la marca anotadora de Kobe, convirtiéndose en el tercer máximo encestador de la NBA. Pinché en el enlace y, de nuevo, el shock.

Llevaba nervioso todo el fin de semana, encerrado en casa. María Jesús arrastraba una gripe descomunal desde hacía varios días. El martes empezaba Gravite y estaba agobiado, temeroso de caer enfermo precisamente esta semana. Además, había saltado la alerta del coronavirus en el PTS, con un grupo de turistas chinos encerrados en un hotel granadino.

Trataba de adelantar trabajo. Avanzaba en el suplemento Gourmet que hoy encontrarán en las páginas del periódico. Escribía el Rincón Oscuro y alguna columna para dejar en la nevera, por si las moscas. Entonces llegó el mazazo: ‘Medios reportan la muerte de Kobe Bryant en accidente de helicóptero’.

De pronto, todo cambió. ¿En qué me afectaba, personalmente, la muerte de un famoso exdeportista de Los Ángeles? Directamente, en nada. Emocionalmente, en todo. Un recordatorio de que somos un juguete en manos del destino. Una pluma a merced de la fortuna. Memento mori. Polvo somos y en polvo nos convertiremos.

El martes, día de arranque de Gravite, lo primero que hice al abrir los ojos fue testear mi cuerpo en busca de síntomas de gripe. No los encontré. Me dolía la espalda, pero era de pasar tanto tiempo sentado, escribiendo. En la prensa, Kobe Bryant seguía ocupando mucho espacio. Empezó a dolerme la tripa. Dos días seguidos. Y un abductor, dejándome baldado. Hoy han cesado ambas molestias. Mientras escribo esto, nada me duele. Nada me molesta. Gravite continúa. Como la vida. Me siento afortunado. Toco madera.

Jesús Lens

Arcas y orcas

El mismo día en que se celebró el pleno municipal extraordinario sobre la renuncia del Ayuntamiento a los 10 millones de fondos europeos para la formación se hizo público que el bipartito creó cinco nuevos altos cargos al llegar al gobierno de la capital. ¿No resulta paradójico?

Sesudos informes técnicos, de momento invisibles y hurtados tanto a la oposición como a la opinión pública, desaconsejaban continuar adelante con los fondos para la formación de personas desempleadas, dado que podían ser un lastre para las arcas municipales.

¿Existirán informes técnicos para justificar o explicar lo de los nuevos altos cargos, de los que nadie sabía ni una palabra? Porque mucha transparencia no es que esté habiendo en la cuestión de los nombramientos, precisamente.

Los concejales del PSOE y de Podemos-IU montaron en cólera y se marcharon del pleno municipal. A continuación, los socialistas anunciaron que, ante la falta de documentación y el oscurantismo, “el gobierno de PP y Cs no nos ha dejado otra opción que acudir a los tribunales, en concreto al Contencioso Administrativo, para que sean los tribunales quienes dictaminen las responsabilidades judiciales en todo el proceso de los Planes de Empleo, y en concreto, las actuaciones por parte del alcalde, Luis Salvador, quien desconocemos si en algún momento ha tenido las competencia en materia de Empleo, información que se nos niega incluso convocando un pleno extraordinario”. Como orcas que han olido sangre.

Cada vez que hay un cambio de gobierno, los que llegan se escudan en la herencia recibida para justificar sus veleidades con las partidas presupuestarias: nunca hay para lo que no les interesa, pero siempre sobra para lo que consideran importante y necesario. O conveniente. Para sus intereses, por supuesto.

PP y Ciudadanos aducen que no hay capacidad para gestionar los fondos de formación para desempleados y, en vez de mandar a los técnicos municipales a aprender de otras ciudades cercanas que sí han sido capaces de ponerlos en marcha, devuelven el dinero a Europa. Mientras, el bipartito aprovecha para colocar a más altos cargos o trata de impulsar un cambio en el ROM para crear una costosa vicealcaldía para Sebastián Pérez. ¡Curiosísimo, oigan!, que diría el maestro Forges.

Jesús Lens

Cementerio, principio y fin

Al salir al patio, dos de las alumnas del IES Veleta tenían lágrimas en los ojos. Se estaban acordando mucho de él. Le echan de menos. A Máximo. Su compañero. Su amigo.

Para el arranque de Gravite nos fuimos al Cementerio de Granada, uno de los más bonitos del mundo. Como el festival patrocinado por Bankia juega con los viajes en el tiempo, quisimos empezar su segunda edición en el lugar donde todo termina. Principio y fin. Alfa y Omega.

Para el homenaje a Emilio Herrera, hombre del Renacimiento, pionero de la aviación, científico y estudioso, persona de acción y compromiso político; el alumnado del instituto había preparado un recital encadenado de poemas cósmicos escritos por mujeres, seguido de la lectura del arranque de la trilogía de Bruna Husky, de Rosa Montero, cuando despertaba sabiendo que iba a morir. Pero no ese día.

La charla de Sara Cazzoli, científica del Instituto de Astrofísica, cautivó a una chavalada que no quitaba la vista de las proyecciones con imágenes de galaxias tan singulares como la llamada ‘Sombrero’, saltándose la norma de denominarlas con asépticas sucesiones de números y letras. O lo de Betelgeuse, una estrella brillante de tipo supergigante, fácilmente identificable en el cielo a simple vista y que puede estar a punto de estallar y desaparecer, una vez agotado su ciclo vital.

Impresionó también ver la foto del agujero negro supermasivo que el año pasado fue portada de todos los periódicos del mundo y que ha sido adquirida por el Museo de Arte Moderno de Nueva York para formar parte de su colección, sin que todavía esté decidido dónde colgará y en compañía de qué artistas. El arte y la ciencia, cada vez más de la mano.

Como les contaba al comienzo de este artículo, el alumnado del Veleta estaba especialmente emocionado y sensible: hace unos meses, Máximo Morente, uno de sus compañeros, fallecía en un trágico accidente mientras practicaba barranquismo con su padre.

El homenaje a Emilio Herrera también lo fue a Máximo Morente. Sus compañeros fueron a presentarle sus respetos, a contarle cómo les van las cosas. Y a decirle que la lectura de ‘Lágrimas en la lluvia’, de Rosa Montero, está especialmente dedicada a su memoria.

Jesús Lens

Granada, gris y mustia

No se le cae la Capitalidad cultural del 2031 de la boca, pero en los meses que lleva en el gobierno municipal, poco ha hecho el bipartito por promoverla, más allá de las bonitas palabras, las mejores intenciones… y las promesas incumplidas. Muy al contrario, lo que está consiguiendo el gobierno de Luis Salvador y compañía con determinadas decisiones es desculturalizar la ciudad.

Lo último: lo de los grafitis y el arte urbano, metiendo en el mismo saco el trabajo de El Niño de las Pinturas y una pintada cualquiera en el Arco de las Pesas o cubriendo de gris luctuoso una de sus coloridas obras del Realejo. ¿Lo último he escrito? No. Lo último es lo de César Díaz, concejal de Seguridad Ciudadana dispuesto a ‘ordenar’ el calendario de eventos culturales y deportivos celebrados en la calle.

Que haya más de 600 actividades callejeras censadas por el Ayuntamiento es un inmejorable síntoma de salud vital y creativa de la sociedad granadina. Que muchas de ellas generan gasto, es cierto. Que otras apenas tienen incidencia en las arcas consistoriales, también. La taxativa y rigurosa ¿solución? al supuesto gasto generado por esta vida callejera, sin embargo, es más que cuestionable.

Según César Díaz, los promotores de este tipo de actividades van a tener un mes de plazo para presentar “una documentación genérica como la acreditación de representación, memoria descriptiva y gráfica de la actividad que se pretende organizar, croquis a escala o seguro obligatorio de responsabilidad civil”, nos contaba Pablo Rodríguez hace unos días.

No sé cómo llevarán de avanzados sus programas para el 2020 el resto de nuestros compañeros gestores culturales, pero el Granada Noir de este año todavía está en pañales y, a diez meses vista, Gustavo Gómez y yo somos incapaces de aportar nada parecido a eso que pide el Ayuntamiento. ¡Con lo que nos gusta promover actividades culturales callejeras, populares, abiertas y gratuitas!

Resulta desalentador comprobar cómo se ponen más piedras en el camino, una y otra vez. Entre la rigurosa aplicación de normativas desmedidas, la sempiterna excusa de los ajustes presupuestarios y la proliferación de enmarañados reglamentos de imposible cumplimiento; cada vez resulta más complicado emprender cualquier tipo de iniciativa cultural, social o deportiva en esta ciudad.

Jesús Lens

Entr el Pin y el Pon…le cordura

El pasado miércoles, un hombre apuñaló hasta la muerte a su pareja en Caniles. Es el quinto asesinato machista del año y todavía estamos en enero.  Hay que ser muy cínico o muy desalmado para equiparar la violencia de género que se ceba con las mujeres con la violencia intrafamiliar o como demonios pretenda llamarla la ultraderecha.

La secular violencia del hombre contra la mujer se hunde en la noche de los tiempos y, a lo largo de los siglos, no ha dejado de reproducirse. Sólo con una educación integral, a todos los niveles y desde las edades más tempranas, será posible romper ese círculo infernal.

Otro fenómeno nauseabundo: el de las manadas. Muchas aes en la palabra ‘manada’, pero los protagonistas de estos asaltos sexuales y violaciones grupales son sistemáticamente hombres que, embrutecidos, convierten a las mujeres en objeto sobre el que descargar sus ¿fantasías más asquerosas? ¿complejos? ¿frustraciones?

Otra noticia de estos días, igualmente terrible y alarmante: se ha detectado un preocupante aumento de abusos sexuales entre menores, con chicos aprovechándose del estado de embriaguez de las chicas para hacer con ellas lo que se les antoje.

Y entonces llegó la polémica del pin parental, para escarnio de los partidos políticos ultraderechistas y homófobos que lo promueven. Una polémica que debería sacar los colores a quienes miran para otro lado, tratando de sacar rédito electoral de una cuestión que debería ser inadmisible.

¿Piensan ustedes que un padre que agrede física, verbal o emocionalmente a su pareja, permitirá que a sus hijos les enseñen en el colegio qué es la violencia contra la mujer, cómo empieza y cómo se detectan sus primeros síntomas? ¿Se imaginan que un botarate así pueda tener en su mano el poder de decisión sobre los contenidos lectivos? Pues con el racismo y la homofobia, lo mismo. O con las vacunas. O con el calentamiento global. O con el maltrato animal. O con…

Vivimos en una sociedad imperfecta, pero es la que tenemos. La educación de las nuevas generaciones, para conseguir que sean mejores que nosotros, nos compete a todos. Y no. La educación a la carta y a la medida de cada familia no puede ser una opción.

Jesús Lens