Si trabajan por Granada

Permítanme una propuesta para comprobar si es cierto que los partidos políticos con representación en el ayuntamiento de Granada trabajan por y para esta tierra o si sólo están para la bronca constante y mutuo marraneo.

Repasando los programas electorales de PSOE, PP, Cs e UP, hay algunos temas en los que las cuatro formaciones proponían actuaciones parecidas. Por ejemplo, la ampliación del Metro hacia el área metropolitana y la renaturalización del río Genil a su paso por la ciudad.

Recreación de cómo podría quedar el Genil

¿Qué tal si, al margen de seguir con sus consabidas peleas, los cuatro partidos empiezan a trabajar de forma conjunta en dichos proyectos? ¿No sería fantástico que, al igual que designan portavoces, tenientes de alcalde y asesores, nombraran a los encargados de reunirse, planificar y avanzar en asuntos capitales para la ciudad en los que todos están de acuerdo?

¡Esa sí sería una prueba de que los ciudadanos importamos! Más allá de nuestro voto, quiero decir. Dado que hay un consenso generalizado sobre la conveniencia y la trascendencia de acometer dichas actuaciones, ¿qué tal si se arremangan y empiezan con ello?

Da igual quien sea el alcalde, el vicealcalde y el número de tenencias de alcaldía: estando de acuerdo en la conveniencia de ambas empresas, ¡que se pongan en marcha cuanto antes! Son proyectos, además, que al ir en los programas electorales de los cuatro partidos, han sido abrumadoramente aceptados por la inmensa mayoría de los votantes. Vox tampoco debería ponerles una sola pega, que en nada contradicen a su decálogo para apoyar al gobierno municipal.

Señores Cuenca, Pérez, Salvador, Cambril y Miralles, demuestren que les hemos elegido para algo más que para pelearse entre ustedes. Contribuyan a rebajar el nivel de desapego que los granadinos sentimos hacia la política municipal estos días. Enséñennos que, además de abroncarse, son capaces de arrimar el hombro para trabajar, juntos, en algunos de los proyectos que más nos preocupan. La ampliación del Metro y el adecentamiento del Genil son desafíos de futuro que van a conllevar mucho tiempo y esfuerzo. Cuanto antes empecemos, mejor.

Jesús Lens

Lecturas para un verano negro y criminal

‘Soledad’, de Carlos Bassas del Rey. Si solo vas a leer un libro de género policíaco y buscas algo diferente y original, que sea éste, recién publicado por la editorial Alrevés.

Bassas, nominado al Hammett de este año por su novela anterior, ‘Justo’, ha dado un paso más en su evolución como escritor y se ha descolgado con una historia negra como el alquitrán. Y dura, muy dura. Sin concesiones. Quiero decir: si tu idea para una lectura de verano es algo sencillito, liviano y que no deje poso, ‘Soledad’ no es tu novela.

En menos de 200 páginas, Carlos escribe sobre el dolor más grande que pude sacudir a una familia: la muerte de un hijo. Una muerte violenta. Enigmática. Cruel. El inspector Romero es el encargado de aclarar qué pasó aquella noche. Va a ser una investigación particularmente dolorosa. Como dolor siente la madre de la niña muerta, Soledad, una inmigrante sudamericana que se sentirá desamparada.

Escrita a través de dos voces tan distintas como complementarias, ‘Soledad’ es una novela despojada de cualquier artificio. Áspera como la lija, cuenta una historia en absoluto complaciente que les dejará tan helados como un baño en el mar después de un temporal de poniente. Y precisamente por eso es una de las lecturas imprescindibles de este año.

Otra novedad recién aparecida en las librerías es ‘Naturaleza salvaje’. Publicada por Salamandra Black, la novela más reciente de la australiana Jane Harper nos invita a participar en las labores de búsqueda de una mujer desaparecida en circunstancias muy particulares y en un entorno hostil.

Un grupo de ejecutivas participa en unas jornadas para potenciar los valores de grupo. Se trata de pasar un fin de semana en mitad de la naturaleza, completamente desconectadas, haciendo actividades manuales tan básicas como montar tiendas de campaña, encender fuego para cocinar y orientarse correctamente utilizando mapas y brújula. Un fin de semana para fomentar la cohesión que, sin embargo, no tardará en complicarse.

La acción de la novela transcurre a caballo entre la cordillera de Giralang Ranges por donde vagan las mujeres perdidas, los aledaños del propio parque nacional desde donde se coordina la búsqueda y la ciudad de Melbourne donde se encuentra la empresa para la que trabajan.

Radicalmente contemporánea, ‘Naturaleza salvaje’ es una novela que demuestra que, cuando aparcamos nuestra carcasa más tecnológica y civilizada y nos enfrentamos a los elementos, la naturaleza humana puede ser auténticamente salvaje.

Más novedades: RBA acaba de publicar un nuevo Pelecanos. Y, ¡oh sorpresa!, son sólo 300 páginas. Saben ustedes que Pelecanos, Richard Price y Dennis Lehane conforman una Negrísima Trinidad que lo mismo te escribe los guiones de ‘The Wire’ que te produce ‘The Deuce’ o te escribe novelones de cerca de mil páginas. Aún no he leído ‘El hombre que volvió a la ciudad’, pero ardo por hacerlo. En cuanto termine el atractivísimo noir de ciencia ficción que tengo entre manos, ‘Lágrimas en la lluvia. El futuro en tus manos’, de Rosa Montero, publicado por Seix Barral; me lanzo de cabeza al nuevo Pelecanos.

True Crime. Crimen real. En el próximo Granada Noir vamos a hablar mucho sobre este género, que está pasando por un extraordinario momento. También en RBA podemos leer ‘Devoradores de sombras. El caso de la joven inglesa que encontró el infierno en Tokio’. ¿No les parece de lo más enigmático el título elegido por Richard Lloyd Parry?

Tengo pendientes ‘Tiempo de siega’, de Guillermo Galván; y ‘Él dice, ella dice’, de Erin Kelly, ambos publicados por Harper Collins, y la última novela traducida al español de Marin Ledun, ‘Descansar o ser libre’. Publicado por Off Versátil, Ledun es uno de los autores franceses más interesantes del momento, conoce al dedillo el funcionamiento de las multinacionales y su capacidad para triturar trabajadores, por lo que sus tramas conectan con el aquí y el ahora de la sociedad europea contemporánea. Nos acompañará en Granada Noir, gracias al apoyo de la Alianza Francesa de Granada. En este sentido, recuerden que Salamandra Black acaba de sacar la tercera entrega de la saga de Yeruldelgger, el detective de Mongolia creado por Ian Manook, la apuesta francófona de Granada Noir del pasado año.

Y una apuesta independiente muy interesante: la editorial Milenio ha publicado una novela distópica de José Ramón Gómez Cabezas, ‘Metástasis’, sobre el complicado futuro de desigualdad rampante que espera a la humanidad si las cosas no cambian en los próximos años. A la vez, Milenio también ha publicado a Paco Gómez Escribano y su realismo crudo, con ‘Prohibido fijar carteles’. ¡Otro candidato al Hammett estrenando novela negra!

Terminamos este repaso por las novedades negras y criminales para el verano con ‘Marionetas sin hilos’, un thriller de Tadea Lizarbe que transcurre en San Sebastián y que toca un tema tan complejo como el de la salud mental.

Jesús Lens

El AVE Tortuga

Tanto esperar, tanto esperar… y nos ha llegado un AVE tortuga, el más lento de España. Un tren de mediana velocidad que conecta Granada con Madrid en tres horas y media, sólo una menos que el ALSA de toda la vida.

El guirigay montado en torno al AVE más tardón de la historia y el cabreo generalizado de la peña parten de dos problemas, gordos, pero bien conocidos desde hace años y años. ¿A santo de qué la sorpresa y los aspavientos por la conexión con Madrid a través de Antequera? Esta decisión nos vino impuesta hace lustros y debía estar más que descontada. ¿Ahora nos echamos las manos a la cabeza? ¡A buenas horas! De repente, tiramos de la calculadora para sumar los kilómetros que hace el AVE cuando gira a la izquierda en vez de subir recto. ¿De qué nos sorprendemos? ¿Esperaba alguien que tirara para Jaén y Linares, por ejemplo?

¿Y lo de la variante de Loja que nunca se hizo? ¿Acaso no estaba archisabido que, con este diseño de vía única por el trazado del siglo catapún, el AVE iba a tener que arrastrarse a la velocidad de un gusano artrítico? El único que no debía estar enterado es Pedro Sánchez, que urgió al ministro Ábalos a meterle mano a la susodicha variante… mientras pedía un helicóptero que le llevara al Falcon para volver a Madrid, que tenía cita con Pablo Iglesias y, a ese ritmo, iba a darle plantón.

Retraso tras retraso

 

Ojo: no digo que haya que conformarse. Ni muchísimo menos. Como con lo del no-soterramiento. Pero ya podíamos habernos indignado a medida que todas estas indignidades se iban sabiendo. Aunque hubiera sido una campaña de firmas en change.org. Pero no lo hicimos. Excepto los de la Marea Amarilla. Nos hemos ido callando, conformando y tragando y ahora nos hacemos los sorprendidos, agraviados y ofendidos.

¿Qué tal si, una vez aceptada y deglutida la realidad, empezamos a exigir a las autoridades competentes plazos creíbles y dotación presupuestaria suficiente para solucionar el despropósito de Loja y lo del soterramiento?

Jesús Lens

Medio año, ya

Sin comerlo ni beberlo, ya se nos ha ido medio 2019. El pasado domingo fue la Nochevieja y el lunes comenzó un segundo semestre que nos encuentra asfixiados por la ola de calor, también llamada ‘verano’, y sorprendidos por la lentitud del AVE más lento de España, tema sobre el que debemos hablar más pronto que tarde.

En este medio año, las derechas se han organizado para gobernar en Andalucía y en Granada mientras que las izquierdas siguen a la gresca en Madrid, que Pedro y Pablo ni siquiera se han llamado para felicitarse por su común onomástica.

¿Cómo les ha ido este medio año a ustedes? ¿Qué balance harían de los primeros seis meses del año? ¿Qué tal sus propósitos para este 2019? ¿Los han medio cumplido, tal y como corresponde?

Retomo los míos (aquí escribí de ellos) y veo que, por cuanto a comer mejor, más sano y natural, la cosa fue bien… hasta hace un mes, cuando volví a dejarme seducir por los pecados de la carne, las chacinas y las tapas maximalistas. Aunque el balance no es malo y estoy tratando de darle cariño a los requerimientos de mi ADN, la cosa podría ir mejor.

Me había comprometido a volver a caminos, carriles, trochas y senderos. A caminar más por nuestras montañas, valles y vegas. Y aquí he fracasado total y absolutamente: en este propósito llevo un cero del tamaño de los anillos de Saturno. También iba a ir más al cine. Y a conciertos. Empecé bien, pero en cuanto llegó la primavera, se acabó. 14 pelis he visto en salas. Poco más de dos al mes. ¡Quién me ha visto y quién me ve!

Sí he reducido mi tiempo de exposición cibernética, pero no tanto como me gustaría. He leído 35 novelas y/o ensayos y 20 tebeos, cifra manifiestamente mejorable. He escrito mucho, aunque no sé si bien. Eso sí: poco a poco, voy diciendo más veces que NO, uno de mis propósitos primordiales para el ejercicio en curso. Aunque me cuesta. ¡Ya les digo, si me cuesta!

Jesús Lens

Espejo roto

Ahora, lo que se lleva, es poner a parir ‘Black Mirror’, la distópica serie de Charlie Brooker. Desde que se pasó a Netflix, a la gente no le gusta. Luego vemos capítulos como el de San Junípero o el Bandersnatch de la pasada Navidad y nos quedamos colgados, pero da igual. Ya no es lo que era.

Se han estrenado los tres capítulos de la quinta temporada de la serie más importante de los últimos años. Y, quitando el ya imposible elemento sorpresa que provocaban las primeras historias de este espejo negro televisivo, ‘Black Mirror’ sigue en plena forma.

El primero de los capítulos se centra en la capacidad de los videojuegos para imbuirte en una existencia virtual mucho más atractiva y excitante que la real. Es un tema trillado, pero incluye una variable poco tratada hasta la fecha: el descubrimiento de una sexualidad alternativa.

El episodio protagonizado por Miley Cyrus también tiene varias lecturas, aunque sea el más pedestre de los tres: la mercadotecnia en torno a los niños prodigio, los riesgos de la autoayuda y el positivismo a ultranza, la tiranía de la imagen y la manipulación de la creatividad.

Y nos queda ‘Añicos’, donde Brooker carga contra el agilipollamiento provocado por las redes sociales, aunque también hay cargas de profundidad sobre la cantidad —y calidad— de los datos personales sobre cada uno de nosotros que manejan las empresas tecnológicas, reduciendo al mismísimo FBI al papel de mero aficionado. También ironiza sobre la fugacidad del impacto de las noticias, incluidas las más duras: recibimos una alerta en el móvil, nos sorprendemos, nos indignamos un poquito en las redes… y la vida sigue. ¿Qué otra cosa podemos hacer, más allá de enarcar una ceja?

En este episodio aparece la mítica Casa del Desierto de Gorafe, como les decía hace unos días. Un lugar donde desconectar, en el sentido literal de la palabra. Una casa de vidrio con espectaculares vistas a los cañones del Geoparque del Cuaternario que invita al ensimismamiento, la contemplación reflexiva, el aislamiento zen… y al enarcamiento de ceja.

Jesús Lens