Justicia para Lorca. Justicia para Penón

En febrero de 1955, Agustín Penón, barcelonés de nacimiento, estadounidense de nacionalidad y enamorado de la poesía de Federico García Lorca, llegó a Granada con la intención de encontrar la respuesta a tres preguntas: ¿Por qué fue asesinado? ¿Quién lo mató? ¿Dónde está enterrado?

Quiso la ¿fortuna? que, nada más alojarse en la pensión Matamoros, Penón fuera conducido a una de esas cenas en las que se come mucho, se bebe más y se termina brindando por todo lo divino y casi todo lo humano.

Cuando la enardecida concurrencia pidió al americano que hablara, Agustín levantó su copa y tras brindar en honor de Pepiniqui, homenajeado aquella noche, y alabar las bondades de nuestra tierra; se vino arriba y pronunció las siguientes palabras:

—Y gracias muy especialmente a España, y sobre todo a Granada, por haber enriquecido al mundo con el mejor poeta que jamás ha existido: ¡Federico García Lorca!

El silencio que se hizo en la sala, repleta de medio centenar de hombres bullangueros -hombres, solo hombres- fue de los que resuenan por siempre jamás. Un silencio ominoso que atrapó a Agustín Penón, lo zarandeó y ya nunca termino de soltarle. Un silencio helador. Un silencio matador, tal y como cuentan Víctor Amela en su reciente “Yo pude salvar a Lorca” y Enrique Bonet en su cómic “La araña del olvido”.

Si son ustedes seguidores habituales de esta sección, el nombre de Agustín Penón les debe resultar familiar. La primera vez que hablé de él fue a comienzos de 2016, deslumbrado por la lectura de “La araña del olvido”. (Leer AQUÍ)

Así comenzaba aquella entrega: “Me ha costado trabajo decidirme a publicar estas notas en El Rincón Oscuro de IDEAL. Porque vincular la figura de Federico García Lorca con el género negro, en Granada, puede parecer uno de esos ejercicios de oportunismo de los que suelo abominar”.

A finales de 2018 seguimos atrapados en la tela de araña de una historia fascinante, negra como el petróleo: en Granada Noir le dedicamos una emocionante jornada de la mano de la Diputación, constituimos una Cofradía laica y popular dedicada a la memoria de Penón y a la de su albacea literaria, Marta Osorio; y nuestro intrépido investigador fue el protagonista del cartel de GRN3.

Otro de los momentos álgidos de nuestra relación con Agustín llegó en febrero de 2017, cuando se anunció que la famosa maleta de Penón, con todo su contenido, se quedaba en Granada, tras la muerte de Marta Osorio, el verano anterior. (Leer AQUÍ)

Y así llegamos al pasado fin de semana, cuando vivimos momentos emocionantes, íntimos y muy sentidos. Se encontraba con nosotros Víctor Amela, extraordinario novelista y periodista, presentando la citada “Yo pude salvar a Lorca”. Aprovechando su paso por Granada, organizamos una ruta por los lugares de Penón. Fue la primera actividad de un nuevo festival que da sus primeros pasos: Gravite, basado en el viaje en el tiempo.

Un Encuentro Satelital en el que, durante unas horas, nos trasladamos a la Granada de 1955 y nos pusimos en la piel de Penón. Y a la Granada de agosto de 1936, reproduciendo algunos de los momentos más dolorosos de la historia de García Lorca.

De la mano de Enrique Bonet y Víctor Amela recorrimos la Chancillería donde Penón halló el certificado de defunción del poeta, por ejemplo. Pasamos por la morada de su amiga Emilia Llanos e hicimos una larga parada en la antigua casa de la familia Rosales, donde Lorca pasó los últimos días, antes de ser prendido por Ruiz Alonso.

Foto: Alfredo Aguilar, en la antigua casa de la familia Rosales, hoy Hotel Reina Cristina

Posteriormente nos trasladamos a Víznar y Alfacar; a las Colonias, la Casita de Papel, los Pozos, el Parque, el Olivo y, por fin, a la Fuente de Aynadamar. A lo largo de todo el recorrido, Amela y Bonet fueron recitando poemas, recreando situaciones y reproduciendo diálogos y encuentros. Sin temor a la exageración: hubo momentos mágicos en los que, literalmente, nos sentimos transportados a otra época.

Y así llegamos al ceremonial último en el que treinta miembros de la Cofradía de Penón recreamos el famoso brindis de Agustín. Un emocionado Amela repitió, palabra por palabra, su canto por Lorca y, al acabar, todos prorrumpimos en gritos, vivas y parabienes: ya que habíamos viajado al pasado, decidimos alterar un hecho lamentable y convertirlo en algo hermoso. En un homenaje. En una fiesta.

Como bien señaló Enrique Bonet, desde la Cofradía de Penón, que está abierta a todo el mundo y no tiene estatutos, sede, carnés, cuotas ni cargos; animamos a conocer la historia de Agustín y a difundirla. También animamos a amar a Federico García Lorca, a leer su poesía y a disfrutar de su teatro. A visitar los lugares lorquianos y a respetar la memoria de los muertos.

Pero también tenemos una pregunta, dirigida a las autoridades competentes que, hace dos años, aseguraron que se iba a quedar en Granada: ¿DÓNDE ESTÁ LA MALETA DE PENÓN?

Jesús Lens

El aplauso del año

De todos los aplausos que he escuchado este año, el más estruendoso, cálido y afectuoso fue el que se llevó Ana Pastor, durante la entrega de los Premios IDEALES.

Junto a Eduardo Peralta, la presidenta del Congreso había hecho entrega de su galardón a Ángeles Orantes-Zurita y, tras las fotos de rigor, se situó en la tribuna de oradores, en una esquina del escenario del Parque de las Ciencias.

Durante su discurso, Ana Pastor hizo una brillante felicitación a todos los premiados. Fue un discurso muy cariñoso y sentido, repleto de buenas palabras y con mucho contenido. ¡Y con la duración justa! Ni demasiado corto, que pudiera parecer frío o de compromiso; ni demasiado largo, para no fatigar al personal.

Al terminar su alocución, comenzó el aplauso. Que fue creciendo. Y creciendo. Se prolongó tanto que el director de IDEAL, recogiendo el sentir de la gente, invitó a Ana Pastor a avanzar hacia el centro del escenario. Pero ella no quiso. Siguió en el sitio que ocupaba. Que, casualmente -o no-, era junto a las banderas que representan a nuestras instituciones.

¡Qué imagen más poderosa! Cientos de personas aplaudiendo a la Presidenta del Congreso que, sonriendo con absoluta seriedad, permanecía de pie, junto a los símbolos del estado. Para mí, que no soy particularmente propenso a las banderías, fue un momento de una memorable solemnidad que no olvidaré jamás.

Yo se lo digo a mis compis del periódico -y ellos piensan que es peloteo- pero me encantan los IDEALES. De todos los actos formales, es el más interesante y emocionante del año.

De los premiados de este año, me gustaría destacar, precisamente, el concedido a la consejera delegada de Cárnicas Zurita, hacia la que Ana Pastor tuvo palabras que fueron más allá de lo protocolario. En sus alocuciones y agradecimientos, ambas Anas hablaron de conciliación familiar, de trabajo, esfuerzo y preparación.

Y un detallazo de Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española de Fútbol: al hacer un nostálgico repaso de sus años motrileños, se detuvo en el colegio público San Antonio, con palabras muy cariñosas para sus profesores. Entre ellos, para mi querida Toñi, una de las personas más alegres y optimistas que conozco.

Reconocer la impronta que dejaron en nosotros nuestros maestros y profesores es un detalle de justicia por el que hay que felicitar a Rubiales.

Jesús Lens

¡Sí es para tanto!

Insoportable, dolorosa y terrible, la forma en que ha terminado la desaparición de Laura Luelmo. También previsible, por desgracia. Ninguno lo queríamos escribir, pero estaba en nuestra mente como la opción más probable. Nos aferrábamos a la posibilidad de que pudieran encontrarla, accidentada, pero viva; tras un mal paso en la montaña. Pero no fue un mal paso. Fue un mal encuentro, como escribía ayer.

Aunque “un mal encuentro” tampoco resultará exacto, a falta de los datos que surjan de la investigación. Porque “un mal encuentro” hace referencia a algo casual. A la mala suerte. Y en este caso todo apunta a un depredador sexual.

Y, como me recuerda mi querida y admirada Nieves Abarca, que de estas cuestiones lo sabe todo, a un depredador sexual no se le cambia a través de la educación. Son así y así morirán. Solo vale confinarlos. Un caso tan salvaje como este va más allá del machismo.

Sin embargo, lo que sí es machismo puro y duro es lo que se desprende de uno de los postulados del programa del partido al que han votado 400.000 andaluces: la derogación de la ley de violencia de género y la supresión de lo que consideran “organismos feministas radicales subvencionados”.

A finales de noviembre, iban 44 mujeres asesinadas por su parejas o sus ex-parejas en lo que va de año. Cerca de 1.000 desde 2003, cuando se empezaron a contabilizar. Son cifras insoportable e inasumibles que demuestran el mucho trabajo que queda por hacer. Y la insuficiencia de lo que se está haciendo hasta ahora desde el punto de vista de la educación, la prevención, la protección y la penalización.

El célebre “no será para tanto” con el que se topan tantas mujeres cuando expresan sus miedos, sus dudas y sus zozobras. Un “no será para tanto” que lo mismo viene de la familia, de las amistades o de las autoridades. Y que, por desgracia, acaba por desembocar en tragedia.

Otra de las falacias del líder del partido en el que han confiado 400.000 andaluces -por las razones que sean, pero lo han hecho- es que los maltratadores son mayoritariamente extranjeros. ¡Basura! Es mentira. Y así hay que denunciarlo. (Léanlo AQUÍ, por ejemplo)

En el caos de desinformación permanente en que vivimos, empieza a ser imprescindible priorizar entre lo urgente y necesario y todo lo demás.

PD.- Ahí abajo aparece el comentario de un Avatar. No dialogo con personas desconocidas. Señala que miento al denunciar la falacia que vincula violencia de género con extranjeros. AQUÍ, la información. Por lo demás, que le vaya bonito con el adoctrinamiento.

Jesús Lens

Solas, en peligro

Cuando escribo estas líneas, todavía no se sabe nada del paradero de Laura Luelmo, la joven profesora zamorana de 26 años que ha desaparecido en un pequeño pueblo de Huelva. Las autoridades han descartado que su desaparición haya sido voluntaria y, aunque señalan que “todas las líneas de investigación están abiertas”, trabajan con dos hipótesis principales: un accidente o la implicación de una segunda persona.

Solo llevaba unos días incorporada a su plaza de maestra en El Campillo. Era miércoles por la tarde. Habló por teléfono con su novio y salió a hacer deporte. Las primeras informaciones señalaban que fue a correr. Ahora parece que pudo salir a caminar, dado que faltaba ropa de senderismo en su armario. Nunca más se supo.

Ojalá que Laura aparezca con vida y lo de estos últimos días quede como una pesadilla lejana. Ojalá. Lo deseo de todo corazón y no dejo de refrescar las ediciones digitales de los periódicos cada poco tiempo, a la espera de una buena nueva.

No se debe salir a la montaña en solitario: por conocido que sea un paraje, por aparentemente sencillo que sea un recorrido, siempre resulta arriesgado y nadie está a salvo de un resbalón o un estúpido tropezón que acabe con sus huesos en lo hondo de un barranco.

Sin embargo, el riesgo de salir, solas, es exponencialmente mayor para las mujeres. El riesgo de salir solas… a cualquier sitio. Y el riesgo más peligroso, para ellas, no es el de dar un mal paso, sino el de tener un mal encuentro. Con un hombre. O con varios.

Es así de triste, pero es así de cierto. Cuando salgo a correr, nunca me preocupa pensar si la ruta elegida es más o menos solitaria, si está más o menos expuesta, oscura o iluminada. Tengo amigas, sin embargo, que cuando salen a correr después de la puesta de sol, quedan con otras compañeras. Nunca salen solas. O, si alguna vez lo hacen, corren asustadas y atemorizadas.

Tengo conocidos que se muestran convencidos de que la igualdad de género es un hecho en España, de que se exagera con según qué temas. Mientras una mujer no pueda salir a caminar o a correr, sola, por los mismos itinerarios que recorremos los hombres, tan campantes, seguirá quedando mucho camino por recorrer, mucho trabajo por hacer, en cuestión de igualdad.

Jesús Lens

Ruta cultural lorquiana

El pasado viernes, tras la presentación de su imprescindible novela “Yo pude salvar a Lorca”, paseaba con el periodista Víctor Amela por Granada. Nos acompañaba Marta, también periodista, que ha trabajado mucho tiempo en el sector de los viajes y el turismo.

Foto: Alfredo Aguilar, en la antigua casa de la familia Rosales, hoy Hotel Reina Cristina

Andábamos por el Centro, camino del concierto de la artista Argentina que, perdonen el inciso… ¡menuda barbaridad de espectáculo ofreció en el Teatro CajaGranada! Yo, que soy más pelícano que flamenco, me encontré varias veces noqueado por su arte, aplastado contra el asiento.

Pero volvamos a nuestro paseo. Transitábamos por el Centro Artístico, el Chikito y la Acera del Casino y les explicaba a Marta y a Víctor que allí se hacían los Títeres de la Cachiporra que allá se celebraba la tertulia del Rinconcillo y que acullá era donde -más o menos- vivía la familia Lorca. Y me preguntaban, extrañados: ¿y por qué no hay una sola referencia visible a todo eso en ninguna de las fachadas? ¿Cómo no existe una ruta señalizada sobre los lugares lorquianos, en Granada?

El Chikito, un restaurante con sensibilidad cultural

De este tema les he hablado ya en más ocasiones. Del respeto que en otras ciudades, en otros países de mundo, se tiene por sus celebridades artísticas y culturales. Y del rendimiento económico que les sacan, también.

Aquí no. Aquí nos planteamos dedicar un museo a la Semana Santa mientras la Orquesta Ciudad de Granada agoniza, como decíamos ayer, y no somos capaces de señalizar los lugares más representativos de uno de los grandes genios de la literatura universal.

Y no parece muy costoso, la verdad. Una vez hecha la catalogación -está en la web de Granadatur- bastarían unas placas en las fachadas, una App, un poquito de realidad aumentada, una web…

De entre todas las etiquetas que hemos ido atesorando en estos últimos años, la de “Granada, tierra de Federico García Lorca”, no tardaría en hacerse mundialmente famosa, conocida y reconocida. Viral, trending topic y la caña en Instagram. Cambien “tierra” por “provincia”, “ciudad” o lo que les de la gana… ¡pero hagamos algo!

Quedan cinco meses para las elecciones municipales. Al PP no se le ocurrió, que estaba en otras cosas de más valor. Al PSOE de antaño tampoco, que estaba en las suyas. ¿Dará lugar el equipo de Francisco Cuenca a terminar su mandato sin haber hecho algo tan necesario y perdurable, tan sencillo y memorable?

Jesús Lens