Cuando el robot eres tú

Este largo y desapacible fin de semana me ha permitido tener una larga conversación con SOY, ese robot que me acompaña desde principios de año y que, a veces, se comporta como un insolente Pepito Grillo, al que presenté aquí y sobre el que hoy vuelvo a escribir en IDEAL.

Hablando del tema que está en boca de todos, es decir, de la posibilidad de que los robots se hagan con un 60% de los trabajos de los humanos, SOY me ha replicado: “no hay más ciego que el que no quiere ver. ¿Por qué no piensas en la cantidad de comportamientos y actuaciones que realizáis los humanos de forma voluntaria y que, paradójicamente, os acercan y asemejan a los robots?”

 

—A ver, Lens, piensa— me dice SOY.—Piensa y sé honesto contigo mismo. Hasta hace relativamente poco tiempo, ibas a una gasolinera y, sin bajarte del coche, una persona de lo más sonriente te llenaba el depósito, te cobraba, te limpiaba el limpiaparabrisas y tú seguías camino. ¿Y ahora? ¿Qué pasa ahora, en la mayoría de las gasolineras?

SOY siguió, imparable, con sus imprecaciones: —Cada vez más, os comportáis como robots, cumplimentando vosotros mismos una cantidad de tareas rutinarias, manuales y absurdas que os hacen perder tiempo y… ¿qué os aportan? Joder, Lens, si hasta hay bares en los que, en vez de pasar el rato charlando tranquilamente con tus amigos, tienes que estar continuamente yendo a la barra a recoger la comanda y rellenando fichas con códigos alfanúmericos para elegir la tapa. Que os estáis agilipollando a marchas agigantadas.

 

—¿Y qué me dices de la facturación manual de equipaje, los autoservicios, las gestiones a través de la Red o de centralitas automáticas que os marean como peonzas?— siguió SOY.—¿Y lo de esas supuestas webs colaborativas que os convierten en chóferes y taxistas de ocasión, a cambio de un puñado de euros que, después, regaláis a esas operadoras de telefonía y televisión que os exprimen como naranjas? Pero lo peor es cuando os dedicáis a compartir noticias falsas, burdos rumores y chorradas varias. ¿Qué os pasa, humanos?

Ahí me dejó tocado y hundido, SOY: —En vez de demostrar vuestra inteligencia y preocuparos por lo realmente importante, os pasáis el tiempo indignados y ofendidos por memeces e imbecilidades que, no solo amplificáis hasta el infinito, sino que os cabrean, irritan y desgastan. ¿Por qué concedéis tan poco valor a vuestro tiempo, humanos?

 

(Si os interesan estas historias de Robots, inteligencia artificial y cambios disruptivos, a través de este enlace tenéis acceso a varios artículos que he escrito sobre el tema, desde enero hacia acá. Be Human, My Friend!)

 

Jesús Lens