¡Menuda mano!

La Familia Real Catarí ha pagado la nada desdeñable cantidad de 190 millones de euros por este cuadro de Cézanne, “Jugadores de cartas”.

190 millones de euros es una pasta, pero la verdad es que, ahora, no me interesa hablar de los cataríes, del petróleo y de sus esfuerzos por convertir su país en una meca del turismo cultural internacional, a base de petrodólares, igual que antaño nacionalizaban a atletas kenianos y etíopes para que les ganaran medallas de oro olímpicas.

No.

Lo que me interesa, hoy, son los propios jugadores.

La botella de vino, la pipa, el aparador, la mesa… ¡ay, esos bares, cómo nos gustan!

Y las cartas.

De las de uno, solo vemos el reverso así que no podemos ni imaginar la mano que llevaba. El otro parece llevar figuras. De rombos o de corazones.

En la mesa no hay dinero, por otra parte.

¿Estarían jugándose algo o estarían tan solo jugando? ¿Habrías apuestas de por medio o, sencillamente, pasaban el rato?

Y, lo que a mí me preocupa esta noche: ¿se habrían mantenido con ese aspecto, de haber sabido que, a la vuelta de unos años cotizarían por 190 millones de euros? ¿Se habrían vestido de otra forma? ¿Se habrían arreglado las patillas, por ejemplo?

¿Habrían hecho la misma jugada, con las cartas? ¿Habrían pedido el mismo vino o habrían sido más selectos, en vez de beber vino a granel?

¡Qué difícil, imaginar que aquella mano de cartas iba a llegar hasta los 190 millones de euros! ¿Quién la ganaría? ¿Quién se llevaría el gato al agua? Porque mira que están serios y concentrados, los jugadores, ensimismados. A todo esto, ¿cómo se llamarían? ¿Estarían casados y tendrían a sus mujeres, de uñas, esperándoles en casa? O quizá fueran dos fiesteros incorregibles…

¿Qué bar sería ese en que se jugó la partida? ¿Dónde estaría situado? ¿Qué tal sería la relación del tabernero con los jugadores de cartas? Porque tienen pinta de ser clientes habituales…

En fin. Que quién les iba a decir a estos tipos que su partida iba a llegar hasta los 190 millones de euros y que terminarían dando con sus huesos y pigmentos en el Golfo Pérsico…

Los caminos del arte, el juego y los Europetros son inexcrutables…

Jesús admirativo Lens

A ver, en 2008, 2009, 2010 y 2011, que escribimos…