GIJÓN, SWEET HOME

Hagamos una ficha. Al estilo policial. Corta y escueta, pero lo más completa posible.

Llegamos a Gijón, sweet home, tras el proverbialmente largo, pero intenso, periplo en el Tren Negro (del que ya anticipamos AQUÍ, charlando con algunos autores). La víspera, o sea, el jueves por la tarde, tuvimos una primera aproximación a las populosas tertulias de Semana Negra, en la que se habló sobre el porqué escribimos novelas y cuentos encuadrados en géneros puramente populares, como el negro, el histórico, el fantástico o el de Ciencia Ficción.

Me voy a quedar con una de las respuestas que más me impresionaron. Francisco José Jurado dijo que, además de escribir novela negra para publicar cosas que, si las escribiera en la prensa le llevarían a la cárcel, lo hacía por rencor. Y punto. Sin más explicaciones.

Por rencor.

Es verdad que Cristina Fallarás ya había hablado de la muerte y que escritores y periodistas mexicanos y argentinos nos habían metido la peste en el canuto con las truculencias con que se desayunan a diario. Cierto es.

Pero… por rencor…

Y es que yo tengo que presentar “Benegas”, de un tal Francisco José Jurado, el próximo miércoles…

Por rencor…

En el Tren Negro, venciendo el sueño y la modorra, me fui al vagón cafetería, habilitado como espacio para las ruedas de prensa y, también, como Vagón del Fumador. Además, era el único refrigerado por el aire acondicionado, de forma que el viaje se convirtió en una letal disyuntiva: morir por asfixia calorífica en un vagón de aire descontaminado o morir por asfixia en la refrigerada Cámara de Gas del Tren Negro, que no veáis cómo fuman estos escritores negros y criminales. Y la prensa canalla, que también le pega al cigarro cosa mala, jejeje.

Durante el viaje me enteré de que Juan Bas, el Maestro de los Microdiálogos, va a poner en marcha un pedazo de Festival del Humor en Bilbao (a ver si Bas, erudito en esto de las risas, me lee este cuento y le resulta cachondete, cuando menos…) y que Carlos Salem ya tiene nueva novela, calentita, calentita.

Aproveché para pegar la oreja en una entrevista que le hacían a Guillermo Orsi, cuya “Ciudad Santa”, finalista del Hammett presento el próximo jueves y aproveché para conocer a nuevas gentes y re-conocer a viejos amigos.

Y llegamos a Gijón, sweet home, la ciudad a la que no nos cansamos de llegar. Y nos esperaban tres manifestaciones, al acompañarnos en el último del recorrido el Presidente de Asturias. Y los empleados de Chupa Chups, además de pegarle la bronca a los políticos, nos la pegaron a nosotros. Que si niños ricos, de papá y estómagos agradecidos. Seguramente, esta gente no sabe las penurias que pasa cualquiera de nosotros para sacarle rendimiento a la literatura y que, la mayoría, tenemos que pluriemplearnos para, además de comer, poder escribir.

Pero la clase obrera es así. Y así vamos, claro. Divide y vencerás. ¿Nos suena?

Más sorpresas: cuando llegamos al hotel Pathos, mi alojamiento en Gijón desde que voy viniendo a Semana Negra, me entero de que mi compañero de habitación es… Francisco José Jurado.

¡El rencor!

Y sí. Ya hemos pasado nuestra primera noche juntos. Y sí. Aquí estoy, apurando estas primeras líneas antes de tomar la primera caña del día. Entreteniéndome más de la cuenta.

Hubo croquetas, muchas, muchas croquetas… el abrazo de/a Paco Camarasa, la guasa con Javier Márquez (su Orfeo lo reseñamos AQUÍ) y el resto la Andalucía Connection, las risas con Nerea Riesco, el primer vodka en la terraza del Don Manuel… pero esto se me va de las manos.

Corto y cierro. Momentáneamente.

Y, recordad, muy, muy conradiano… el rencor. El rencor.

Jesús Lens, desde Gijón, sweet home.