CLÁSICOS

Yo creo que los clásicos son clásicos porque siempre que los lees parece que están hablando de las cosas que en ese mismo momento te ocurren.Por ejemplo, las Disertaciones de Epicteto, que me encontré leyendo la estupenda última novela de Lorenzo Silva, «La estrategia del agua», que no nos cansamos de recomendar.

Vamos a poner dos casos:

Atascado en mi libro, cuando la escritura se tuerce y se vuelve del revés, cuando siento que no avanzo… me doy de bruces con esta cita:

«Nada importante se produce de pronto, ni siquiera la uva o el higo. Si ahora me dijeras: «quiero un higo», te responderé que hace falta tiempo. Deja primero que florezca, luego que dé fruto, luego que madure».


¿Elogio de la paciencia o de la pereza?

Paciencia, reflexión, serenidad
Paciencia, reflexión, serenidad

Y luego tenemos esta perla: ¿conformismo o aceptación?

«Recuerda que eres el actor de un drama, con el papel que quiera el director: si quiere uno corto, corto; si uno largo, largo; si quiere que representes a un pobre, represéntalo con nobleza.»

Fin.

¿HAY QUE MATAR AL REDACTOR JEFE?

La columna de hoy de IDEAL está escrita pensando en los lectores del periódico de papel. Con guiños concretos. Pero, por supuesto, habla también sobre Blogs, Internet, modernidad y futuro de los medios… a ver qué opináis. De momento, nuestro compay Javier Barrera ya ha escrito ESTAS interesantes reflexiones en su magnífico blog, Periodismo al pil pil…

Una de las conclusiones que saqué de las séptimas jornadas sobre Blogs y Medios de Comunicación de Granada, organizadas por la Asociación de la Prensa, fue que era necesario matar a los Redactores Jefes de los periódicos para que el periodismo pueda sobrevivir. Así de radicales fueron algunas de las tesis planteadas en unas jornadas que oscilaron entre la defensa de la pureza virginal de la profesión y la necesidad compulsiva y obligatoria de hacer marca, recaudación y negocio con el ejercicio del periodismo.

¿Cómo influir desde los medios en esta linda cabecita?
¿Cómo influir desde los medios en esta linda cabecita?

Cuando uno se acerca a los cuarenta años de edad, ya lo admite casi todo. Por ejemplo, escuchar de profesionales del gremio que el problema de su profesión es la mercantilización del oficio. Inenarrable su defensa de un periodismo cándido e inocente en el que no deberían tener cabida los grandes conglomerados mediáticos, las transnacionales de la información, ni la «corrupción» inherente al marketing, la publicidad y la información institucional. Angelitos. Imagino que ya tendrán tiempo de caerse del guindo.

Y, por otra parte, me fascinó el apocalíptico tono de otros participantes. ¡Ya nadie parece creer en esa cosa que, ahora mismo, tiene usted entre manos, querido lector! Nadie parece creer en el futuro del periódico. ¡Qué pena! Por mucho que mimemos nuestro Blog, y alimentemos nuestras activas cuentas en Twitter, Facebook y demás redes sociales, por mucho portátil, microportátil o smartphone que uno lleve encima, siempre conectado y on line… el rito del café y el periódico mañanero que deja los dedos tiznados de tinta sigue siendo insustituible.

¿Cómo será la prensa de un futuro que ya es presente?
¿Cómo será la prensa de un futuro que ya es presente?

Este tipo de encuentros son necesarios. ¿Hacia dónde va el periodismo? Porque la respuesta a esa pregunta tiene mucho que ver con el hacia dónde va nuestra sociedad. El mensaje era claro: estamos inmersos en la peor crisis de la historia. Pero, precisamente por ello, se abren todas las posibilidades frente a nosotros.

Yo me hice la siguiente composición de lugar: el periodismo del futuro exigirá lo mejor de los mejores y más formados profesionales. Será extremadamente especializado, en base a la hipersegmentación del público demandante. Y su acceso (debería ser) libre y gratuito. ¿Qué les parece? ¿No echan algo de menos en tan idílico y utópico triángulo? Porque la pasta también importa…

La formación también importa para informar
La formación también importa para informar

Las crisis, es lo que tienen. Confundimos los deseos con las realidades. Y la calidad, o se paga o no existe. Sencillamente. Lo siento. No creo en el gratis total. Y entonces se pronuncia la palabra, Google, y se hace un silencio reverencial. Google. Amarás a Google por encima de todas las cosas. A una empresa con casi 2.000 millones de dólares de beneficios en el primer trimestre del 2010. ¿Acabará el periodismo con el Redactor Jefe, será Google quién termine contratando directamente a los mejores y más reputados periodistas y, para leerles, habrá que hacerse obligatoriamente con un iPad o chisme similar? Sí. Son tiempos interesantes. Y, quizá, lo que tiene usted en las manos ya es una pieza de museo. ¡Cuídelo!

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.