DE CHARLAS, CINE & BIRRAS

Hoy es un día normal, claro, aunque con un punto peculiar. Algunos me entenderán. En fin, que seguimos en Cines del Sur, que espero más comentarios y propuestas con respecto a la propuesta que hacía esta mañana (sigan el enlace) sobre los cines del sur e Internet.

Esta tarde nos podemos encontrar en la convocatoria que sigue, o, si lo prefieren, después, para remojar la velada, que andaremos por las calles. Estamos en contacto por SMS o móvil, pero recuerden que el Isidoro Máiquez tiene una pésima cobertura. ¿Nos vemos?

La guionista Paz Alicia Garciadiego dialoga con su marido, el realizador de cine Arturo Ripstein

Por primera vez el matrimonio formado por la guionista Paz Alicia Garciadiego y el director mexicano Arturo Ripstein se sientan a conversar en público sobre sus películas. Hoy, viernes 19 a las 19:30 horas en el Teatro Isidoro Márquez de CajaGRANADA (Avda de la Ciencia, 2)

Arturo Ripstein nació en México en 1943. Reputado cineasta y guionista, su relación con el cine está ligada a su historia familiar: su padre era un reconocido productor. En 1962 Ripstein hace de asistente de realización de Luis Buñuel en El ángel exterminador. En 1972 escribió para Jorge Fons el guión de Cinco mil dólares de recompensa. Es éste un período de gran actividad en el que Ripstein funda, junto a Felipe Cazals, Pedro F. Miret, Tomás Pérez Turrent y Rafael Castanedo, la empresa Cine Independiente de México, para la que haría varios cortometrajes experimentales.

En 1965 llegaría su ópera prima, Tiempo de morir, con guión de Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez y una marcada influencia del western norteamericano. En 1975 dirige su primera película internacional, Foxtrot, a la que siguen una serie de adaptaciones muy notables que culminarían con La seducción en 1979. Durante la década de los setenta, Ripstein se consolidó como director e inició una de las etapas más fructíferas de su carrera, que incluye algunas de las obras más importantes del cine mexicano contemporáneo: El castillo de la pureza, El lugar sin límites y Cadena perpetua.

En 1985 dirigió El imperio de la fortuna, adaptación de Juan Rulfo, con la que logró el éxito internacional. Su filmografía posterior está marcada por el encuentro con la escritora Paz Alicia Garciadiego (México, 1949), que daría obras como Principio y fin, Concha de Oro en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 1993, y Profundo Carmesí, Osella de Oro en la Muestra de Venecia de 1996. Más de veinte años haciendo películas en común entre las que se encuentran El imperio de la fortuna (1986), Ciudad de ciegos (1991), Mentiras piadosas (1987), Profundo carmesí (1996), El evangelio de las maravillas (1998), El coronel no tiene quien le escriba (1999) (basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez) ó La virgen de la lujuria (2002).

CINES DEL SUR: ¿Y POR QUÉ NO EN INTERNET?

Con la columna de hoy de IDEAL pueden o no estar de acuerdo, pero díganme el porqué, que creo es interesante para todos y nos puede hacer reflexionar.

 

Lo peor de «Cines del Sur» es que provoca ansiedad, nervios y sentimiento de culpabilidad: por mucho empeño que le pongas y por buena disposición que tengas, no puedes llegar ni a un 25% de su excelente propuesta cinéfilo-alternativa. Como el agente Bauer no se cansa de repetir en la añorada serie «24», ¡no hay tiempo! Por eso guardo como oro en paño las guías y catálogos que edita el Festival, con los títulos de las películas y los nombres de los directores más interesantes bien subrayados, en un intento de no olvidarlos para, en algún momento, conseguir acceder a dichos títulos.

 

Acceso. Ésa es la clave. El concepto. Escuchando a autoridades fílmicas de la talla de Souleymane Cissé o de Arturo Ripstein, llegamos a la conclusión de que el elemento esencial para la supervivencia de los cines del sur radica en el acceso. El director maliense sostiene que hacer cine en su país es sinónimo de estar loco, como reseñamos en el enlace adjunto. Poner en marcha cada proyecto es infinitamente complicado, teniendo que superar las dificultades más arduas e inimaginables. Y, si luego no podemos ver el fruto de ese denodado esfuerzo, ¿para qué sirve?

 

Ripstein, con la contundencia que le caracteriza, dice lo siguiente: «El público no es imbécil, pero está condicionado como un zombi para ver películas (norte)americanas… los gringos lo tienen genial y convencen al mundo de que hacen las únicas y mejores películas , una falsedad que no era tal hace muchos años.» Pero hoy sí. Nos guste más o menos, las pelis yanquis son las que parten la pana. Al menos, en las salas de cine convencionales. Y como las de Arte y Ensayo ya no existen, excepto en las grandes capitales, es una guerra que debemos dar por perdida.

 

Pero no podemos renunciar al acceso a esas otras filmografías, africanas, latinoamericanas y asiáticas. Cines del Sur es una inmejorable ventana para asomarnos a un exuberante universo fílmico que cambia la pirotecnia hollywoodiense por la intensidad de las emociones humanas, como defendía Cissé. Pero Cines del Sur sólo dura una semana. Una intensa, excitante e inabarcable semana, pero después, ¿qué?

 

Tenemos dos posibilidades no excluyentes: las instituciones e Internet. A lo largo del año, tenemos que seguir disfrutando de este cine en las pantallas de la Filmoteca de Andalucía, la Diputación de Granada o el teatro Isidoro Máiquez. La erradicación de la exclusión y la pobreza también tiene que abarcar a la cultura: ¡luchemos contra el empobrecimiento intelectual que provoca la tiranía del mercado!

 

Además, contamos con Internet. ¿Por que no convertir la Red en el gran medio de difusión del cine alternativo? Internet. El demonio de las discográficas, el paraíso de las descargas ilegales, la gran autopista de la Banda Ancha ha de convertirse en el mejor aliado de los Cines del Sur.

 

Dice Ripstein: «Yo tengo unos 4.000 seguidores en el mundo entero que no son imbéciles, a los cuales respeto profundamente. El público es brillante, pero la masa es monstruosa». Apelando a ese público serio y comprometido: ¿por qué no promovemos, desde Cines del Sur, una plataforma de intercambio y descarga de películas alternativas que, por un precio asequible o, a través de una suscripción mensual, nos permita conocer, disfrutar y difundir unas películas que, siendo patrimonio de la humanidad, son más difíciles de encontrar que los tesoros arqueológicos que buscaba el mismísimo Indiana Jones?

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.