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¿LA VERDAD?

Una de las cosas más interesantes de la serie «Miénteme», de la que ya hablábamos hace unas semanas, es lo que pasa con los expertos en detectar mentiras… en su vida cotidiana. Porque el personaje interpretado por Tim Roth tiene una hija adolescente. Y le miente, claro. Y él se deja engañar. Porque la mentira, aunque esté denostada, forma parte de nuestra vida cotidiana.

 

De hecho, uno de los personajes más incómodos de la serie es el que siempre dice la verdad, duela a quién duela y fastidie a quién fastidie.

 

Y la verdad, muchas más veces de lo que nos pensamos, duele. Y mucho.

 

Según la serie, el ser humano viene a mentir una vez cada diez minutos. De media. ¿Les parece exagerado? Quizá. Pero tiene pinta de ser bastante verdad, paradójicamente.

 

No todas esas mentiras son de libro, por supuesto. Ni pretenden causar daño. Tenemos las famosas mentiras piadosas, que se dicen para evitar males mayores. Están las mentiras diplomáticas, necesarias para que la civilización siga avanzando.

 

Por ejemplo, cuando hemos engordado unos kilitos, y tenemos espejos y básculas que nos lo señalan, cruel y despiadadamente, ¿es realmente necesario que, cuando nos encontramos en la calle con un amigo, nos dé unas palmaditas en los michelines y nos diga eso de «estás más repuesto» o «¡cómo te cuidas!»?

 

Entonces llega el turno de los silencios. El del silencio es un tema muy delicado. Hace unas semanas, ya les dedicamos un escrito.

 

Hay quién se ampara en el silencio para no mojarse, para mantenerse al margen de las cosas, intentando que ni le afecte ni le comprometa a nada. Realmente, hay ocasiones en que puede ser una solución válida y una opción adecuada. Pero otras… ¡cuánto daño pueden hacer los silencios! ¡Cuán criminales pueden terminar resultando! ¡Cuán comprometedores, crueles y cómplices de los peores desaguisados!

 

Pero, además, hay veces en que, para que resplandezca la verdad, hay que mentir. Atentos a este diálogo mantenido por dos personajes de la película «La hoguera de las vanidades», fallida adaptación cinematográfica de la gloriosa novela de Tom Wolfe. Comienza hablando el personaje de Sherman McCoy, acusado de provocar un accidente mortal, en el que realmente estuvo involucrado, pero del que no fue autor material. Su interlocutor es su padre. Un hombre recto.  

 

 

  • Quiero que se sepa la verdad y sólo hay un modo de hacerlo
  • ¿Cuál?
  • Mentir.

 

El padre pone cara de consternación, baja la mirada y dice:

 

  • Sabes que siempre he sido un gran defensor de la verdad. He vivido con la mayor sinceridad posible. Creo que la verdad es la compañera esencial del hombre de conciencia. Un faro en este vasto y oscuro yermo que es el mundo moderno. Y aún así…
  • Queeeeeee… – se impacienta Sherman, que no tenía ganas de aguantar discursitos ni monsergas paternalistas.
  • En este caso, si la verdad no te deja libre, miente.

 

Resplandecen los rostros de satisfacción, y el padre da una palmadita en la espalda de su hijo.

 

Puestas las cartas sobre la mesa, ¿qué pensáis de la verdad, la mentira y la mentirijilla?

 

Jesús Lens, indeciso 😉


Comentarios

20 respuestas a «¿LA VERDAD?»

  1. Avatar de Kaperusita
    Kaperusita

    Yo siempre la verdad, pero no esa evidente como la de los kilos de más a la que haces referencia, sino la que se desconoce. Una pregunta concreta con una respuesta verídica, sin rodeos y sin adornos, solo la verdad que para algo se pide.
    Lo que no se pide y no afecta al curso de los acontecimientos me es indiferente.
    Yo siempre he dicho, que la mentira es el refugio de los cobardes y a día de hoy, lo mantengo.

  2. Avatar de El Foces

    Que seria de la FANTASIA sin la MENTIRA? Y que sería de nosotros sin la FANTASIA?

  3. Avatar de El Foces

    FANTASEAR es cosa humana.

  4. pienso que hay una manera de decir la verdad sin hacer daño a nadie, no es fácil, hay que pensar pero está ahí.
    La metira es fácil ganamos tiempo y no pensamos pero no nos hace listos.
    besos

  5. Avatar de Carrasqueño
    Carrasqueño

    Por norma, la verdad sin acritud. Y más si te pagan por ello.
    Las mentirijillas son la sal de la vida. Pero de ellas son conscientes tanto emisor como receptor. No hacen daño. La mentira sí.
    Felicitar por «el traje nuevo del emperador de turno» es horrible. Pobre del que se crea en la obligación de decirlo todos los días.
    Abrazos.

  6. ¿A que nos cuesta entender la vida sin mentiras?

    Pero lo que dice Chus es una gran verdad.

  7. Avatar de anonimo

    La verdad es muy incomoda, para decir siempre la verdad, tienes que ser muy inteligente, para no herir a nadie.

  8. Caminan por el bosque Pinocho y Caperusita.
    Por correr tropiezan ambos y caen al suelo.
    Caperucita boca arriba y la cara de pinocho en la entrepierna de la Capacolorada.
    Se escucha una dulce voz. Mienteme Pinocho.
    Salud, la vida es muy corta como para tomarsela en serio. Abrazos y sonrisas.

  9. Avatar de Kaperusita
    Kaperusita

    Rodolfo, sin alusiones, no?:DDDD

  10. Avatar de Lillian

    Como bien dices, mentiras decimos todos, pero cuando «calamos» a gente que las practica por defecto como que algo hace que a esa persona le pierdas la confianza. Yo intento ir con la verdad por delante, y a veces me meto en cada jardín…

  11. Avatar de Kaperusita
    Kaperusita

    Para las mentirijillas valgan las fantasías que se quieran, pero para el encubrimiento deliberado de la verdad, para ni no vale nada más que la misma. Y sí, la verdad sin herir es el mejor camino, pero por otro lado, quien pide la verdad no es consciente de que puede salir herido?, cuándo se es más valiente? cuando se dice la verdad o cuando se pide?

  12. Lo peor: mentirnos a nosotros mismos. ¡Joder! Oye, Jesús, yo no miento cada 15 minutos. Miento muy poco. Creo que se me nota una mentira unos seis meses antes de decirla, así que opto po no mentir. Es verdad.
    Y prefiero no metreme en disquisiciones éticas, que no me va.
    Rigoletto
    Rigoletto

  13. Avatar de Covadonga
    Covadonga

    La cortesía del cumplido, es en algunos casos, el preciado arte de la mentira piadosa .En cortesía se trata de mentir siempre en lo feo para embellecerlo..

  14. Lo que pasa es que ¿quién pone el límite entre la mentira diplomática o piadosa y el engañar? Porque las personas somos tan distintas que lo que para unos es venial para otros es mortal. Covadonga, esa es, desde luego, la más inocente de las mentiras.

  15. Avatar de Kaperusita
    Kaperusita

    De verdad preferís vivir de cuentos y fantasías en nombre de la piedad, antes de ser valientes y afrontar la verdad desnuda por más que esta nos duela? saber afrontar la verdad, saber decirla, saber ser consecuentes, saber ser honestos con nosotros mismos, no es eso un aprendizaje en el camino de la vida? las mentiras piadosas a los niños las entiendo, a mi prefiero vivir con verdades porque solo de esa forma se puede recorrer un camino que no se vaya a desmoronar en cualquier paso siguiente.

  16. Avatar de Covadonga
    Covadonga

    Kaperusita lo siento, a mi me gusto «El Ratón Pérez

  17. Avatar de Kaperusita
    Kaperusita

    Covadonga no digas lo siento ni iba por ti concretamente mi respuesta, solo es que no entiendo que se prefiera vivir al margen de verdades evidentes, que por la mentira de uno, seas el único que no lo ve. A mi con la edad correspondiente me encantaban todos los complots de adultos que fomentaban la ilusión

  18. Kaperusita, te entiendo. Personalmente, durante un tiempo, pretendí evitar males mayores a base de ocultamientos y silencios. El resultado fue desastroso.

    Así que, para las mentiras, las fantasías y las invenciones, aprovecho los cuentos, los relatos y la ficción.

  19. Pero en mi vida diaria, con la gente que quiero, la mentira, ni para bromear.

  20. Avatar de Covadonga
    Covadonga

    El que espera desespera,
    dice la voz popular.
    ¡Qué verdad tan verdadera!
    La verdad es lo que es,
    y sigue siendo verdad
    aunque se piense al revés.

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