«Tengo un menor con una enfermedad venérea, ¿debo decírselo a sus padres?»
Los niños y los adolescentes tienen derecho a la intimidad. ¡Faltaría más! Pero ese derecho a disfrutar de un ámbito de privacidad no es absoluto. Existen límites. Viene esto a cuento de que, con alguna frecuencia, hay pediatras que, en el ejercicio de su profesión, tienen conocimiento de que pacientes suyos de doce o trece años…
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