Ya solo saludan los abuelos y los bebés, el resto vamos a lo nuestro y es una pena

diariosur.es

Buenas. soy Emilio Calatayud. Me cruzo con una pareja con un bebé en mi barrio, el Albaicín, y el niño grita entusiasmado «¡Hola, señor!» Le sonrío y le devuelvo el saludo. Me ha alegrado el día. Los padres no han dicho nada.

Los abuelos con los que me cruzo también dicen «buenas tardes» y les devuelvo el saludo. No nos conocemos. Es un gesto de educación que hace que la vida sea más amable. Pero se está perdiendo. Ya solo saludan los abuelos y los bebés, el resto vamos a lo nuestro y es una pena.

 

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