Aunque a veces no lo parezca, hay mucha más gente buena que mala

Foto: Fermín Rodríguez

Buenas, soy Emilio Calatayud. Hace unos días, una joven gitana rumana de solo 19 años murió ahogada en un pantano de Granada.  Se llamaba Andreea. Su familia no tenía dinero para repatriar el cadáver y darle sepultura en su país.  La oenegé Médicos del Mundo, que trabaja en los asentamientos de estas personas, pidió donaciones a los ciudadanos y en pocas horas consiguieron la cantidad que necesitaban. Andreea ya descansa en paz en su tierra.

Por fortuna, hay mucha más gente buena que mala.  Aunque a veces no lo parezca.

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