De cómo mi padre fue juez con 21 años, pero tuvo que dejarlo porque empezó a tener hijos y el sueldo no le daba

 

Buenas, soy Emilio Calatayud. Varios de vosotros habéis mostrado interés por la historia de mi padre, Don Carlos Calatayud, que, a diferencia de un servidor, si logró ser juez con solo 21 años. La cosa fue así: hizo la carrera de Derecho en solo tres años y, lo que son las cosas, estudió en Granada, en la Abadía de Sacromonte, la ciudad en la que me instalaría yo muchos años después (primero tenía que nacer, claro).

Tras terminar la carrera, hizo la oposición para juez y la aprobó a la primera. Había un problema: era demasiado joven, solo tenía 21 años, así que tuvieron que hacerle una especie de permiso especial para que pudiera ejercer. Y ejerció… hasta que empezó a tener hijos (ocho, aunque una falleció) y tuvo que dejarlo porque el sueldo no le daba. Ni entonces ni ahora se hace uno millonario siendo juez. Y se dedicó a la abogacía.

Fue una gran persona. A mi me estuvo enseñando hasta el mismo día en que murió.

 

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