Que la primera comunión no sea la última, que es lo que pasa habitualmente

 

Buenas, soy Emilio Calatayud. Ya está, salvo que ocurra algo que nos obligue a desdecirnos, este será el último comentario, por este año, sobre las comuniones. Más que una reflexión es un deseo: Que la primera comunión no sea la última, que es lo que pasa habitualmente.

Parece que nos olvidamos de que es una celebración religiosa, muy importante para los católicos como yo, y cuando se cierran las puertas del restaurante y se apagan las luces de los fuegos artificiales, muchos niños ya no vuelven a la iglesia a comulgar. Es como si lo único importante fuera la fiesta y en realidad es lo prescindible. Sea como sea, pasarlo bien con vuestros hijos.

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